Periodista cubana Julita Osendi recupera su celular robado en La Habana

0
4928
Foto: Jorge Alfonso Pita/Alma Mater
   

La periodista cubana Julita Osendi, quien fue asaltada el pasado 17 de abril, en el malecón habanero, dio a conocer que su teléfono celular ya fue recuperado.

A través de su cuenta de Facebook, Osendi publicó este miércoles: “Saludos amigos. En medio de los problemas que nos rodean una buena noticia!!!”.

“Gracias, el efectivo trabajo de la teniente Wendy de la Unidad de Policía de Zanja … APARECIÓ MI MÓVIL”, añadió.

“Aún no lo creo, pero así es. Agradezco en grado sumo el haber podido recuperar mi móvil”, concluyó.

   

Saludos amigos. En medio de los problemas que nos rodean una buena noticia!!!Gracias el efectivo trabajo de la teniente…

Posted by Angela Julia Osendi Diaz on Wednesday, May 3, 2023

El pasado 17 de abril, Julita Osendi, denunció que un hombre le arrebató su celular. En esa ocasión, expresó: “Saludos amigos. Los estoy saludando por pura casualidad porque ahora mismo es para que estuviera siendo atendida en un cuerpo de guardia de un hospital.

Seré breve: disfrutando de cincooooooooo tristes minutos en el malecón junto a Sady, después de salir de la Embajada de España, fui terrorísticamente asaltada por un muchacho al que vimos muy bien, pues estaba sentado en el malecón, al parecer observando las olas rompientes.

Era negro como el ébano, vestía muy bien: enguatada rosada, bermudas claras, tenis, gorra y buenas gafas ¡vaya! un dandy.

Estuvimos todo el tiempo atentas a las mochilas, pero, indiscutiblemente, este tipo de delincuentes son graduados universitarios en hurto, despojo, robo con fuerza… De pronto, en medio de nuestro estupor, me arrebató mi móvil, mi herramienta de trabajo, que contenía ocho mil fotos familiares y cinco mil contactos, amén de las fotos de los deportistas y entrenadores que entrevisto a diario.

Sady corrió y pidió ayuda y los tres hombres que estaban en la acera de enfrente pusieron sus manos en posición de “yo no fui” y el veloz corredor cual campeón olímpico del hectómetro, desapareció.

Inmediatamente, llamé a la PNR, me atendieron correctamente y me dijeron que “ya salía la técnica”. Eso fue sobre las 9:30 a.m. Ya cerca de las 11 y tras repetir la llamada, abandoné el lugar. Ilusa yo que pensé que habiendo visto su peculiar indumentaria, de actuar rápido la policía, quizássssssss se hubiese podido recuperar mi móvil.

No quiero hablar de más porque a lo mejor a esta hora están consultando las cámaras del hotel Paseo del Prado, pero pienso que la inmediatez, al igual que en mi trabajo, es básica.

Conclusión: NO SE PUEDE SALIR, MENOS UNA MUJER DE LA TERCERA EDAD; NO EXISTE UN SOLO POLICÍA QUE PUEDA APOYAR EN UNA SITUACIÓN ASÍ. (PASARON DOS EN MOTOS ELÉCTRICAS QUE NO HABÍAN RECIBIDO NINGÚN AVISO DE LA JEFATURA) Y TERCERO: ¡AQUÍ NO HAY QUIEN VIVA! Y no es la serie española precisamente. DE VERAS ¡CUÁN ARREPENTIDA ESTOY POR LOS AÑOS PERDIDOS!

¡AH! y no se pierdan las fotos que Sady realizó del lugar del despojo desde la acera de enfrente y los basureros asquerosos y los derrumbes que pululan en la muy querida zona del Malecón”.

Saludos amigos. Los estoy saludando por pura casualidad porque ahora mismo es para que estuviera siendo atendida en un…

Posted by Angela Julia Osendi Diaz on Monday, April 17, 2023

Un día después del asalto, Osendi relató: “Saludos amigos… He estado pensando si escribir o no acerca de lo sucedido la víspera en el malecón: el ataque inmisericorde a una mujer camino de los 70 años, que no puede defenderse por muy bien que se mantenga.

Agradezco infinitamente a los que se tomaron un segundo de su tiempo para comunicarse conmigo y brindarme su solidaridad y apoyo; e incluso, a aquellos que se han alegrado y me han dicho que solo recogí lo que sembré, como si un robo tuviera nada que ver con nada.

Convencida estoy que en cualquier ciudad del mundo existen viles ratas que viven del esfuerzo de los demás, tomando lo que no es suyo, pero lo que resulta inadmisible es que las fuerzas del orden que están para defenderte miren hacia otro lado y no hagan nada: nadie puede imaginar la impotencia que esta cubana siente.

Es por ello, que hoy voy a completar mi historia; sí, porque la de ayer fue el hecho en cuestión del arrebato del teléfono que me dejó mal parada y tras cuál mi pobre rodilla, afectada desde hace tiempo, se vio perjudicada.

Les narro: A las 9:27 minutos, el ladrón me arrebató el teléfono; a las 9:31, tras tratar inútilmente de agarrarlo y salir del estupor, llamé al teléfono de la policía (106), donde una muchacha me puso con un oficial que me tomó declaración y me dijo: “voy a enviar un patrullero a la zona para ver si podemos ver a su agresor (yo le había dicho cómo era, cómo iba vestido) y voy a enviar la técnica”.

Por supuesto, mi amiga Sady y yo nos paramos a esperar la famosa “técnica”, pensando ilusas nosotras, que vendrían a chequear las cámaras que supuestamente existen a lo largo de todo el malecón, sobre todo, frente al Hotel Paseo del Prado donde se originó el atraco.

Una media hora después, siendo vigiladas por un hombre que entraba y salía de una casa, puerta de calle, cerca de donde nos encontrábamos, que nos miraba, hablaba por su móvil y volvía a entrar a todas luces avisándole al ladrón (pueden ser suposiciones o alguien decir que veo muchas películas, pero casi puedo asegurar que era así) volví a llamar a la policía.

La recepcionista de la policía me trató de conectar de nuevo con el jefe, pero algo nerviosa, me dijo: “mire, ya la técnica salió, espere”.

A las 11 de la mañana, tengo por testigo a los trabajadores de la TRD que existe frente a Malecón, una cuadra arriba de los hechos, decidí llamar a mi hijo para que me recogiera porque veo que nada progresa (mientras tanto conversé con dos jóvenes policías en motorinas que según ellos “velaban por la seguridad del Malecón” y al preguntarle yo si podía mirar las supuestas cámaras me dijeron un rotundo NO, que eso era la técnica.

Después conversé con otro policía, ya maduro, que venía a recoger a una señora y me dijo que no sabía nada, que fuera a la Unidad de Zanja a reportar el hecho y que menos mal que estaba bien porque días antes habían cogido a un turista al que le habían arrebatado cadena, reloj y celular y lo habían pateado en el piso.

¿Ustedes se imaginan eso en una ciudad que se vende al turismo internacional, en una zona como el Malecón que es prácticamente patrimonial, utilizada para el solaz esparcimiento del habanero?

Bien, prosigo. Llegando a casa recibo la llamada del jefe de la policía en la Habana Vieja, al parecer muy disgustado (después supe el por qué), al que tuve que narrarle por enésima vez cómo fue la cosa y cómo se veía el ladrón y que fuera a la unidad a reportar.

Le dije que no iba a ningún lado, que tenía la rodilla inflamada y que ya yo había hecho la denuncia, había llamado a ETECSA y había cancelado mis tarjetas en el banco porque estos tipos de delincuentes son avezados en robar contraseñas y podían entrar en mi transfermóvil.

Accedió a enviar la guardia operativa a mi casa. Serían la una y media o las dos de la tarde… A las tres más menos, me llamó una oficial de la PNR de Centro Habana que venía a visitarme y recoger mi declaración. Ya yo no era de la Habana Vieja, ahora era de Centro Habana.

A las cinco llegó la guardia operativa (ya el ladrón se bañó, se cambió de ropa, vació mis preciados trabajos, fotos y contactos) y fui nuevamente interrogada por la joven teniente, muy educada y sin asombrarse de nada.

Resulta que ella era de Centro Habana, como ya dije y quería determinar el lugar exacto, el metro cuadrado justo, donde fui atacada, porque eso delimitaría qué PNR me tenía que atender a mí, ¿pueden entender algo o soy yo la única anormal?

Le hice un croquis y después de un tiempo accedió a que ese lugar pertenecía a su jurisdicción, me tomó declaración y se fue. Entendí el por qué del disgusto del oficial de la Habana Vieja y es que, por un metro cuadrado, el ataque a Julita Osendi no le pertenecía.

Y ahora me pregunto yo, si en lugar de ser violentada a mi edad, hubiese salido con un cartel alentando a la sedición, atacando a un dirigente del gobierno, defendiendo a los presos políticos o a las Damas de Blanco, ¿se hubiesen puesto a delimitar fronteras los jefes de la policía de los municipios ya mencionados o todo el cuerpo disponible de agentes y no agentes de la policía hubieran ido al lugar…? ¡Y no precisamente a saludarme!

Hoy tuve que ir a un turno médico, hospital lejano a mi casa y en el recorrido a pie (porque no hay transporte, porque no hay gasolina, porque los precios de una simple moto andan por los cielos) me encontré con más de dos docenas de personas que me hablaron del hecho en cuestión y todas tenían anécdotas relacionadas con la violencia que se está viviendo en este país, en este caso en mi capital.

Ataques a niños que salen de escuelas y a los que le quitan mochilas, móviles; asaltos que acaban con la vida de personas que no divulgo porque no tengo pruebas (lo de los niños sí lo sé porque fue cerca de donde vivo), la cantidad de feminicidios que proliferan por todo el país.

Es preocupante, muy preocupante, algo que va mucho más allá del despojo del que fui víctima que, después de todo, tengo que agradecer que no fui atacada con un cuchillo o un bate.

Saquen sus conclusiones, amigos. Con esto cierro el capítulo del robo de mi móvil y créanme yo que nunca le he deseado el mal ni a los que constantemente me agreden, a este ladrón solo le deseo que su mamá pase lo mismo que yo”.

Saludos amigos… He estando pensando si escribir o no acerca de lo sucedido la víspera en el malecón: el ataque…

Posted by Angela Julia Osendi Diaz on Tuesday, April 18, 2023

   

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí