Las emotivas palabras del padre de Manuel de la Cruz: “Siento un enorme orgullo y respeto por él”

A través de un emotivo mensaje lleno de heroísmo y amor paterno, Evelio Perdomo, muestra de dónde saca su hijo Manuel de la Cruz o el payaso “Desparpajo”, sus convicciones patrióticas y deseos de libertad.

Evelio Perdomo ya había usado antes esta red social para apoyar a su hijo, cuando la mano negra de la represión lo tocó y fue apresado y le quitaron su trabajo, solo por pensar diferente y expresarse y apoyar a su vez, a sus amigos del Movimiento San Isidro.

En este reciente mensaje, Perdomo saca de su ser toda la fuerza de un padre que entiende y sostiene los sacrificios de sus hijos por causas superiores.

A continuación, reproducimos íntegramente el mensaje de Evelio Perdomo:

Quisiera decirle a mi hijo que pare, que no se exponga, que no le dé al CASTRODICTANARCOCOMUNISTERRORISMO la oportunidad de arrancarlo de las calles, de la lucha y de lo que pudiera ser peor, de mi seno.

Solo yo y su madre sabemos lo que ha costado traerlo hasta aquí, nacido en pleno período especial (1992), le hemos dado la mejor educación moral y espiritual, amado y respetado por muchos hasta que dejó de ser y actuar según el modelo único y obligatorio que nos ha convertido en lo que hoy somos, un pueblo dividido, sumiso, capaz de levantar su mano contra su propio hermano, contra su vecino, contra su paisano.

En una etapa de mi vida tuve la oportunidad de salir varias veces de Cuba y de traer mucha ropa y medicina que salía a repartir entre mis vecinos. En mi casa siempre estuvimos dispuestos a socorrer a quien lo necesitaba. Traté, infructuosamente, de comprar lo necesario para el alumbrado público de mi vecindad, pero el gobierno no me lo permitió.

Hoy muchos de esos mismos vecinos son los que avisan a las “autoridades” si ven a mi hijo salir de casa, y posiblemente algún día le lancen piedras.

Quisiera decirle a mi hijo que pare, que hoy como ayer, las consecuencias de ser un hombre sincero son terribles, que nuestro pueblo no es un pueblo agradecido, que antes que él, muchos se han levantado frente a la injusticia y solo lograron engrosar la larga lista de mártires de la Cuba de nuestros tiempos y que desgraciadamente el pueblo por el que lucharon hasta la prisión o la muerte, prefirió y prefiere seguir siendo oprimido y usado por un puñado de mafiosos corruptos para mantenerse en el poder y gozar de beneficios a costa del sacrificio, la miseria y el servilismo de ellos.

Quisiera decirle a mi hijo que pare, pero en el fondo de mi alma, a parte del miedo de perderlo, siento un enorme orgullo y respeto por él y por todos los que como él, abierta y frontalmente renuncian al destino obligado, al pensamiento implantado, a la obediencia ciega y a la hipócrita identidad social a cambio de nada.

Quisiera decirle que pare, pero no quiero, ni debo, ni él TAMPOCO.