En un post publicado por Abel Yadiel Arrieta Valdespino en su red social de Facebook se pueden ver fotos de un hombre con el rostro marcado por quemaduras, la nota relata cual fue la causa de este suceso.
De acuerdo con el perfil de Abel, Anselmo López Galves, quien fue la víctima de esta historia, sufrió un incidente por unas croquetas que hubiera comprado en un mercado estatal en La Habana. Sin pensar en que pudiera ser un acto peligroso, Anselmo comenzó a freír las croquetas y estas explotaron en su cara, produciéndole quemaduras serias.
Entonces el afectado se fue al hospital, donde la doctora que lo recibió en el cuerpo de guardia le aseguró que ya habían ido varias personas ese día con quemaduras producidas por croquetas. El post continúa cuestionando si se les compensará a las víctimas de este incidente de alguna manera, aunque sea con una disculpa.
“Nadie de nuestros dirigentes hablará al respecto. No expondrán estos sucesos catastróficos en nuestro noticiero o lo pondrán en primera plana en el periódico cubano: ¡CROQUETAS EXPLOSIVAS!”, se puede leer en la publicación de Abel donde más adelante, pide que se aplique alguna medida disciplinaria o amonestación al culpable de que este producto fuera vendido a la población en malas condiciones.
Lo cierto es, que más allá del daño físico y mental que recibiera este cubano por freír croquetas, también podemos sumar el costo del producto y la finalidad del mismo: Anselmo gastó su dinero en comida que no pudo comer. Esto también debería ser delito, más aún en los tiempos de “reordenamiento” que atraviesa la Isla.