La situación del preso político del 11J, Yosvany Rosell García Caso, se agrava cada día, pues lleva 30 días en huelga de hambre y su estado es considerado crítico. Tuvo que ser trasladado el pasado miércoles desde la prisión Cuba Sí al Hospital Clínico Quirúrgico Lucía Íñiguez, en Holguín.
Mailín Rodríguez Sánchez, esposa de García, contó a Radio Martí que recibió un parte médico el jueves, en el que los especialistas describieron un deterioro alarmante, con signos de deshidratación severa. Pese a ello, Yosvany Rosell continúa manteniéndose firme en su protesta.
“Me informan que el estado de mi esposo es crítico. Debido a que ya su estado puede ser de deshidratación, él reniega abandonar la huelga de hambre y mantiene su postura”, indicó Rodríguez Sánchez.
La esposa también habló vía telefónica con Cubanet, donde aseguró que había intentado convencerlo para que depusiera la huelga. “Él está firme en su decisión. Me dijo que nos quiere mucho, pero que no aguanta más. Le comenté que había mucha gente preocupada por él y me pidió que les transmitiera que lo apoyaran en su libertad, no en abandonar la huelga. Me dijo: ‘Yo estoy firme, diles que luchen por mi libertad’”, contó.
Ante el agravamiento de la salud de su esposo, Rodríguez Sánchez hizo un llamado urgente a la comunidad internacional. Solicitó la intervención del Papa León XIV, de Naciones Unidas, de la Unión Europea y de organizaciones como Amnistía Internacional.
La familia atraviesa una situación de profunda preocupación. García Caso, padre de tres hijos, mantiene a sus allegados en vilo ante el riesgo de que la prolongada huelga de hambre derive en un daño irreversible.


