El dramaturgo cubano Yunior García Aguilera, fundador del grupo Archipiélago, solicitó asilo político en España ante la imposibilidad de retornar a la isla.
García Aguilera arribó al país ibérico junto a su esposa Dayana Prieto el pasado 17 de noviembre, con un visado de turismo que les autorizaba a permanecer durante 90 días.
Tras su llegada afirmó que su estancia sería temporal y que retornaría a Cuba para continuar con su activismo, pero ante la posibilidad de ser sometido por la dictadura a una larga condena, decidió cambiar sus planes.
El activista ofreció declaraciones a Europa Press donde señaló: “Si volviera a poner un pie en Cuba iría preso, por eso decidimos solicitar asilo. Lo que quisiéramos es regresar, pero es imposible”.
De igual manera, recordó que en estos momentos la situación en la isla está peor, haciendo alusión a las injustas condenas impuestas por el régimen a varios jóvenes, incluidos menores de edad, por su participación en los sucesos del 11J.
Asimismo, recordó que la causa en su contra se mantiene abierta y que incluso, las autoridades ordenaron el cierre del grupo de teatro que dirigía en la isla.
García enfatizó en la necesidad de lograr la unidad entre los exiliados cubanos, debido a las claras intenciones de la dictadura de dividirlos: “Tenemos que pasar por encima de las diferencias, tratar de establecer una alianza más sólida y tener una propuesta concreta de la solución del conflicto en Cuba, no solo de cara a los cubanos sino también a la comunidad internacional”.
Según afirmó, ha estado trabajando para estrechar lazos con la oposición en Nicaragua y Venezuela, países que también sufren una dictadura. En tal sentido, se refirió a los contactos con el opositor venezolano Leopoldo López, así como con el escritor nicaragüense Sergio Ramírez.
Aseguró que el objetivo es “estrechar lazos entre los que queremos democracia, da igual derecha o izquierda, no podemos detenernos ahora en esas diferencias porque lo que no tenemos en nuestros países es democracia. Cuando la tengamos, perfecto, que la derecha y la izquierda retomen sus discursos, pero ahora contra lo que estamos luchando es contra dictaduras”.
También insistió en la necesidad de dar a conocer al mundo la realidad sobre la “revolución cubana”, para “derribar el mito que en Europa y buena parte de América Latina hay sobre ella”.
“Es un producto que el régimen supo vender y que lamentablemente mucha gente compró y ha sido estafada con ese mito. Es importante que la gente entienda que los cubanos están sufriendo y que lo que hay en Cuba es una dictadura”, refirió.