La actriz Anna López, viuda del fallecido actor cubano Abel Rodríguez, acudió a “La Casa de Maka”, para hablar del fallecimiento del querido actor, el pasado viernes 15 de octubre, a los 50 años de edad.
“Yo quiero honrarlo… Todavía no he podido despedirme de él, todavía habita mi casa. Estoy aquí sacando fuerzas porque él se lo merece todo”, señaló Anna, quien se mostró consternada.
López comenta que aún no ha recibido el acta de defunción del actor, que es el documento que certifica oficialmente qué fue lo que causó su muerte. Añade que puede dar fe de lo que vivió la última semana de vida de Abel, pero no puede dar una explicación exacta de las causas de su deceso.
“Él se levantó el lunes muy juicioso a las 5 de la mañana y se iba para su trabajo (…) Estaba construyendo el set de la nueva novela de Telemundo (…) y antes de empezar a trabajar se quejó con sus compañeros de un dolor. Todos los que conocíamos a Abelito sabemos que tenía un estómago de pajarito. Entró al baño y cuando salió les dijo a sus compañeros que se sentía mejor. Su jefe de cuadrilla, entró al baño y lo encontró en el piso”, relató.
Añade que sus colegas contactaron al 911 y al llegar los paramédicos le dieron dos shocks y lo trasladaron en la ambulancia hacia el hospital, donde logran estabilizarlo, pero se encontraba ya en estado de coma y con convulsiones. En tal sentido, comenta que los neurólogos aseveraron que los ataques epilépticos que sufrió Abel eran una muestra de que había daño cerebral.
Señaló que los médicos comenzaron a bajar la temperatura del cuerpo con la intención de conservar sus órganos. A partir de ese momento comenzó a desestabilizarse el funcionamiento del organismo, a tal punto que lo mantenía vivo el pulmón artificial.
Precisa que le realizaron un examen para verificar cómo se encontraban las capas de su cerebro y en el resultado se veía una nube blanca que no debía existir, además, se sometió a un examen del cerebro cuyo resultado fue que este apenas funcionaba y a partir de ese momento fue declarado con muerte cerebral.