El periodista cubano Javier Díaz acudió a las redes sociales para emitir una crítica contra la difícil situación económica que se vive en la isla debido a las malas gestiones que ha realizado el gobierno.
Díaz comentó que debido a la gran escasez que se reporta en Cuba los cubanos han tenido que llevar a cabo trueques entre productos con el objetivo de resolver las carencias, pues es prácticamente imposible artículos de primera necesidad en otros lugares que no sean las tiendas en monedas libremente convertibles (MLC).
Además, en su reflexión el reportero de Univision recordó que en año 1958 los cubanos fueron capaces de dar un cambio al derrocar al expresidente Fulgencio Batista y que actualmente es posible volver a hacerlo, pero que es necesaria la unidad.
El periodista lamentó la actual situación del país y culpó directamente al gobierno por no haber sido capaz de tomar decisiones acertadas y por reprimir al pueblo.
A continuación, reproducimos íntegramente la reflexión de Javier Díaz:
Se intercambia jabón y detergente por papas. Vivir en Cuba es como regresar en el tiempo a la era de la prehistoria. Debido a la escasez y precariedad económicas que enfrenta el gobierno cubano, al pueblo no le ha quedado más remedio que intercambiar los alimentos y productos para conseguir lo que el régimen no les puede proveer.
Esto viene ocurriendo desde hace algún tiempo, sobre todo al llegar la pandemia del coronavirus a la isla y el régimen cerrar parcialmente sus aeropuertos: por donde los cubanos importaban la principal entrada de productor y víveres que se comercializan en el mercado negro.
Cambiar un producto por otro o incluso por alimentos es ahora una de las vías a la cuál recurren los cubanos para poder subsistir. Muchos prefieren hacer esto antes de estar horas en una cola y arriesgarse al contagio del virus.
Es realmente triste la vida del cubano, pero más triste es que no seamos capaces de salir a las calles y tumbar a una dictadura como mismo hizo Fidel Castro en 1958 que a Batista no le quedó más remedio que entregar el poder y escapar de la isla en vísperas de Año Nuevo.
Si a mediados del siglo XX se pudo hacer, en este momento también podemos. Es mejor luchar por la libertad que no conseguir papas a cambio de jabón y detergente. Tanto desde afuera, como desde adentro, podemos tumbar a la dictadura cubana. Está en nuestras manos.