Los esposos antillanos María Teresa Rovirosa y su compañero de la vida, Richard “Ricky” George Rovirosa, de 58 y 60 años respectivamente, forman parte del grupo de personas que no han sido ubicadas bajo el amasijo de concreto que dejó el desplome del Champlain Tower South el pasado 24 de junio, reportó el Nuevo Herald.
Aun cuando las autoridades de Miami-Dade informaron que el operativo en Surfside ya no será de búsqueda de sobrevivientes sino rescate de cuerpos, familiares y amigos de esta pareja cubana esperan un milagro de hallarlos vivos.
Tal es el caso de su prima Carolina Rovirosa Marrelli, quien asegura no perder la fe. Así lo manifestó en una publicación reciente hecha en Facebook, donde escribió: “Siempre han sido más bien un tío y una tía para mí, por la diferencia de edad. Él era tan guapo y un gran bailador, y Maituca tan bella y siempre muy dulce… Mi esposo ha sido un santo, y cuida a los niños durante horas en un momento en que lo único que puedo hacer es caminar por la playa y trabajar para curar mi corazón por la pérdida de mi familia desaparecida. Ni siquiera quiero decir que se han ido porque todavía pensamos que puede ocurrir un milagro”.
Así se expresó Carolina de sus primos Maituca y Ricky, como solían llamarle cariñosamente sus familiares y amigos cercanos. La pareja vivía en la tercera planta del condominio desplomado.
Con la misma esperanza se mantiene Monika Mucarsel Gressier, compañera de trabajo de María y gran amiga del matrimonio, quien indicó: “Cuando pienso en ellos, creo que uno de mis momentos favoritos es verlos bailando salsa y cómo se querían los dos. Estoy orando y con la esperanza de que puedan sobrevivir esta tragedia, porque conozco la fuerza que tienen los dos, y también sé que el tremendo amor que le tienen a sus hijas los ayudará a luchar para sobrevivir esto”.
El matrimonio tiene dos hijas, Alejandra y Adriana, ambas egresadas de Carrollton School of the Sacred Heart, en 2011 y 2015 respectivamente.