Una cocinera que labora en un comedor del Sistema de Atención familiar (SAF), está siendo obligada a pagar una multa de 8,000 pesos por machacar unos plátanos para facilitar el proceso de alimentación de los ancianos que asisten al lugar, reportó Diario de Cuba.
Ahora, los comensales están a punto de quedarse sin cocinera porque la mujer no tiene cómo pagar su deuda impuesta por los inspectores municipales del Consejo Popular Guayabo, ubicado en Mayarí, Holguín.
Todo ocurrió el pasado 10 de junio, cuando al lugar llegaron en una visita de rutina los inspectores quienes al no hallar irregularidades en el sitio, entonces “impusieron una multa de 8 mil pesos a la cocinera, porque el menú decía ‘plátano burro hervido’ y ella los machacó para que los viejitos lo coman mejor. Dijeron que así se tenía que llamar ‘fufú’. ¡Qué estupidez! Según ellos es una violación terrible”, explicó una vecina que fue testigo del abuso de poder.
Al respecto, la afectada de nombre Alba, indicó: “Si no me quitan la multa no trabajo más. La voy a reclamar (la multa) porque esto es un crimen. Yo que solo gano 2.500 pesos al mes. Cómo me van a poner 8.000 pesos por esa bobería. Lo siento por los viejitos pero así no se puede trabajar”.
La mujer decidió no declarar a Diario de Cuba porque reconoció tener miedo por el asedio de estas personas: “Estoy muy nerviosa con esa multa tan grande y no sé ni qué hacer. Me han desgraciado la vida esa gente”, protestó Alba.
Toda esta situación provocó la molestia entre varios de los presentes en el lugar, quienes emplearon improperios para referirse a los inspectores como “contrarrevolucionarios”, “criminales”, “abusadores”, destacando que este suceso es una “cogida por los pelos”.
Uno de los vecinos de El Guayabo, quien es uno de los beneficiarios del comedor, expresó: “Es un atropello. A esos inspectores, o al que inventó esas multas, deberían de meterlos presos porque lo único que hacen es disgustar al pueblo. Ahora ¿quién va a querer trabajar de cocinero para nosotros con esa amenaza de multas? Este país anda loco, esto no tiene ni pies ni cabeza”.
Por su parte, Gregorio, un habitante de la zona y ex trabajador del lugar explicó que “hay también inspectores justos, pero otros como estos que vinieron aquí al parecer lo que tienen es deseo de poner multas, de recoger plata sin venderle nada al pueblo. Así de jamón. Es un robo, una estafa a la gente que está trabajando de sol a sol. No se puede estar de acuerdo con ese abuso”.
Aparentemente, los inspectores municipales y la policía de Holguín están empleando la imposición de multas, como manera de obtener dinero. De hecho en las recientes semanas han sido varias las sanciones dadas a campesinos, expendedores en bodegas, y otras áreas del sector comercial pequeño.