Elizabeth López León, cuyos cuatro hijos participaron en las protestas que tuvieron lugar el pasado 12 de julio en el reparto La Güinera, del municipio habanero de Arroyo Naranjo, repudió la violencia y las arbitrariedades cometidas por la dictadura contra los manifestantes.
Tres de sus cuatro hijos, Frandy González, Santiago Vázquez y José Antonio Gómez, se encuentran injustamente encarcelados en el Combinado del Este de la capital cubana, dos de ellos condenados a 20 años de privación de libertad y el otro se encuentra a la espera del juicio.
La madre fue entrevistada por la periodista Yaima Pardo, de la plataforma independiente CubaNet, y comentó que sus tres hijos están separados dentro del centro penitenciario: “Me querían dar visitas separadas, he tenido que ponerme bien fuerte. No tengo para ir tres veces, yo estoy bien enferma y no tengo salud para eso”.
Elizabeth cuenta que desde que los encarcelaron no ha podido acudir más a sus consultas médicas, porque está a cargo de ocho nietos, a quienes debe atender y cuidar.
“El sostén de mi casa son mis hijos, y si no los tengo, no tengo sostén. Yo no soy pensionada y no tengo ayuda ninguna del gobierno ni de nadie. Estoy pasando bastante trabajo para poderles llevar lo poco que les llevo”, lamentó.
La madre denuncia que, durante las protestas, ella también recibió golpes por el aparato represivo del régimen y explicó las causas por las que los jóvenes salieron a protestar: “Ellos salieron debido a esa crisis, estaban atormentados. Estábamos cerrados, sin trabajo, no había nada”.
Con relación a los delitos fabricados por la dictadura y las injustas condenas contra dos de sus hijos, señaló: “Yo creo que eso está muy mal, porque no hubo sedición ninguna como a ellos les quieren poner, para esos 20 años. Están muy mal los juicios esos, fueron editados”.
Según relata, durante las manifestaciones a sus hijos le dispararon con balas de gomas y con balas de verdad.
“Se dieron muchos tonfazos, muchos golpes, a mí se me dio por gusto, por asomarme a la puerta del patio. Se los llevaban esposados y dándoles golpes a todos, aquello era criminal. Yo como madre no sabía que hacer, tenía a uno guindado en el cable eléctrico y a los otros dándome golpe y mis hijos defendiéndome”, relató Elizabeth.
De igual manera, precisó que sus hijos salieron a las calles pacíficamente, pero respondieron a la agresividad que tenían los militares cubanos. “La policía apareció de manera agresiva, no había necesidad de darme golpe, tenían que haber actuado y tomado otras medidas”, apuntó.
Por otra parte, explicó que a uno de sus hijos durante la violenta detención, le fracturaron un pie en tres partes, porque fue lanzado desde la placa de su casa por los agentes.
“Muchas de las personas fueron sacadas a golpe limpio de adentro de sus casas. A muchos les echaron perros dentro de sus casas, que los mordieron y los lesionaron. Esas cosas no se ven, porque a muchos los soltaron y todo quedó ahí”, denunció Elizabeth.
Asimismo, la madre aprovechó para pedir ayuda a las organizaciones internacionales, para que intercedan sobre las injusticias cometidas por la dictadura cubana contra sus hijos y los demás manifestantes del 11J.