Madre cubana sobre tiendas MLC: “No logro explicarle a mi hija por qué llego con las manos vacías”

Yunet Alfonso, una madre cubana residente en La Habana, conmovió a una gran cantidad de personas con una reflexión que publicó en las redes sociales sobre la posibilidad de adquirir artículos en las tiendas en monedas libremente convertibles (MLC).

Alfonso explicó que siempre educó a su hija con la creencia de que debía respetar las diferencias para que se convirtiera en una persona tolerante que no juzgara a nadie por las decisiones que tomen.

Pero que cuando su hija le preguntó si eran pobres porque no podían acceder a las tiendas en MLC comenzó a cuestionarse la igualdad que se pregona en Cuba para transmitir una imagen ante el mundo.

A continuación, reproducimos íntegramente la reflexión de Yunet Alfonso:

Todos los niños son diferentes, nunca permitas que te comparen al tuyo con ningún otro. Hasta hoy, creo que fue el mejor consejo que me dio mi suegra mientras la tuve y desde ese día me di a la tarea de interiorizarlo yo y hacérselo saber al mundo. Años después tuve a mi hija y con el lema de todos somos diferentes la he criado.

Así logro que comprenda por qué hay mujeres calvas, hombres con aretes, negros con blancos, parejas homosexuales, niñas con pistolas, hombres en ballet y logro que aprenda con su corta edad a respetar los gustos, o las creencias de cada quien, porque un día ella saldrá de mi casa a enfrentarse al mundo, porque un día yo no estaré.

Lo que no logro explicarle a mi hija es por qué en un país en el que se llenan la boca diciendo que todos somos iguales, cada vez que salgo a la calle llego con las manos vacías, o con unas galletas raras que sustituyen las que antiguamente su papá y yo le comprábamos en cualquier tienda. Está bien que cambie la perspectiva económica en Cuba, pero a qué precio. Que le digo cuando (como ayer) me pregunte: mamá, y ahora como no podemos comprar en la tienda somos pobres.

Que me digan qué le respondo, porque a mí me dio risa, una especie de risa nerviosa, con decepción, con bochorno, lástima y ganas de gritar. Para los que me preguntaron por la foto, no es una foto mía, pero es real. Eso lo había hoy en la tienda Vía Blanca, en MLC.