Liliana Torres Ramos, una cubana que es madre de una adolescente que se encuentra embarazada, tuvo que ocupar un local abandonado en La Habana debido a los problemas de vivienda que enfrenta, informó Diario de Cuba.
Torres explicó que ella y su hija de 16 años vivían hacinadas junto al resto de su familia, por lo que ambas se han instalado en una bodega que se encuentra ubicada en la calle Juan Bruno Zayas esquina Estrada Palma, en Santos Suárez.
Poco después de ocupar este local abandonado, se presentó un funcionario de la capital para amenazar a esta madre con llamar a la policía si no salía de ahí inmediatamente, pero Liliana se negó porque ella y su hija no tienen otro lugar a donde ir.
“Me vi obligada a hacer esto porque ya en casa de mi mamá no hay espacio para que nazca el niño que viene en camino. Enseguida vino la policía y me dijo que aquí no podía estar. Me dirigí enseguida al gobierno municipal y expliqué mi situación y la razón de por qué me había metido en esa bodega, que lleva abandonada más de un año y ni siquiera tiene buenas condiciones para poder estar allí. A los pocos días de estar aquí vino un funcionario de Comercio del municipio nombrado Miguel Ángel y me dijo en muy mala forma y en tono amenazante que debía irme o me sacaría con la policía”, declaró.
Se trata de un local que no tenía instalación eléctrica ni agua corriente, pero con la ayuda de otros vecinos ha conseguido acondicionarlo para mantenerse ahí junto a su hija hasta que las autoridades de la capital resuelvan el problema de esta familia.
Esta familia lo único que desea es que les entreguen una vivienda en buenas condiciones o por lo menos un local en mejor estado en el cual puedan vivir tranquilamente y sin ser molestadas.