La madre cubana Elianis Méndez, denunció a través de las redes sociales la muerte de su bebé recién nacido.
“Mi niño nació el 13 de abril a las 3 de la madrugada. El día 14, después de la visita de los médicos, mi niño tomó pecho y se quedó dormido. A las dos y media, mi niño no se despertaba, llevaba más de cuatro horas y media dormido, y no se despertaba. Llamé a la enfermera y rápidamente me lo bajaron para prematuro porque estaba temblando y amarillento”, relató Méndez.
“Allí le hicieron todo tipo de análisis y placa, pero todos los resultados dieron bien, pero el niño seguía empeorando, y entonces le hicieron un ultrasonido. Descubrieron que el niño estaba sangrando del bazo del estómago y detrás del bazo tenía un hematoma. Me llamaron rápidamente para que bajara a prematuro, y la doctora me preguntó cómo había sido el parto. Yo le contesté que se me habían apoyado en mi estómago, ya que estaba dilatada, pero yo no tenía pujos, y eso provocó que a mi niño se le reventara el bazo del estómago, ya que fue un parto traumático”, explicó.
“Entonces me dicen que el niño está grave, y me lo tienen que mandar para el hospital de Holguín, al niño tuvieron que transfundirlo. La ambulancia llegó como a las 11, pero esa ambulancia no tenía ni dónde poner los equipos, se iban cayendo por todo el camino, ya que las carreteras están en pésimas condiciones. A las 12 llegamos a Holguín, y rápidamente me atendieron al niño. Como tenía muy pocas horas de parida, no me permitían estar allí y al otro día, me tuve que ir para Bayamo y estar localizable por teléfono”, indicó.
“Llamamos a la hora del parte, y nos decían cómo estaba el niño. Ya se había puesto crítico el día 15 por la mañana. Mi esposo le dijo que la sangre del niño y la mía no concordaban, porque él era A+ y yo O+. Y en el parte de las dos, ya tenía pronóstico reservado. A las cuatro de la tarde, nos llamaron que el niño tenía convulsión, que fuéramos rápidamente. Alquilamos una máquina, llegamos a las 8:00 p.m., y entramos a prematuro. Los médicos nos estaban esperando, allí nos dieron una charla y que teníamos que esperar el médico cirujano para ver si nos operaban al niño”, explicó.
“El médico cirujano me dijo que el niño estaba muy delicado y que teníamos que esperar. Nosotros le dijimos que le firmábamos todos los papeles necesarios para que me lo operaran, ya que el niño estaba reaccionando a la transfusión de sangre AB que le estaban poniendo. El niño tenía 1 % de vida y si no lo operaban, no tenía % de vida. Él dijo que no, que había que esperar. A la una y media, el niño entró en paro y no sobrevivió”, concluyó su desgarrador testimonio.