La joven Donelys Suárez de 23 años, integró el grupo de 13 balseros cubanos que el pasado jueves 7 de octubre arribó a las costas de Cayo Marathon, al sur de Florida y fueron liberados un día después del centro de detención donde se encontraban.
Suárez concedió una entrevista al canal América TeVé, donde relata las dificultades que atravesaron para llegar a suelo norteamericano, en un periplo que duró 4 días desde su salida por la costa norte de Matanzas.
“La situación allá en la isla se ha tornado súper difícil. Para los jóvenes ya no hay oportunidad de ningún tipo, ni laboral, ni de perspectivas futuras, ni de un sueño; ya todo eso se ha eliminado de la mente de los jóvenes. Realmente no tenemos una motivación, no tenemos un sueño que cumplir en ese país donde lo han tronchado casi todo, incluso las oportunidades de vida”, señaló Suárez.
Añade la joven, enfermera de profesión, que la Covid-19 desató el caos en los hospitales y ella necesitaba ayudar a su familia de alguna manera. “Necesito estar libre, necesito poder tener sueños, tener planes. Necesito poder ayudar a mi familia, tener libertad de expresión, necesito ser una profesional que pueda contar con un salario con que pueda vivir y ayudar a los míos”, refirió en este sentido.
Con relación a la difícil travesía expresó: “Fuimos parando en los cayos, haciendo escala, escondiéndonos. Tuvimos una avería en la turbina del motor y otras dificultades, por lo que nos retrasamos un día para poder seguir navegando en las noches. Fue realmente difícil ver a todos esos muchachos fuertes con náuseas (…) es una experiencia bastante difícil e incómoda”.
Refirió Suárez que, sin duda alguna, volvería a realizar esa travesía, aun cuando sabía que había sido abolida la política de “pies secos, pies mojados”, ante lo cual afirmó: “Me daba miedo, pero más miedo me daba quedarme allá (Cuba). Yo quería arriesgarme, peor es quedarse en un país sin oportunidades, preferí intentarlo”.
Sobre el momento de su llegada a Cayo Marathon, narró que fue a las 5 de la mañana y mientras transitaban por la carretera fueron detenidos de inmediato: “Nos ayudaron, nos trataron super bien, enseguida nos brindaron agua, nos dijeron que todo iba a estar bien, que estuviéramos tranquilos”.
Los últimos meses se ha incrementado el flujo de migrantes cubanos hacia Estados Unidos, en la mayoría de los casos a bordo de rústicas embarcaciones que no ofrecen seguridad alguna para sus vidas, pero, aún así, prefieren poner en riesgo su integridad física que seguir en un país donde resulta insostenible vivir.