En un hermoso mensaje de amistad, el periodista independiente cubano Héctor Luis Valdés Cocho, elogia gratamente al rapero contestatario Maykel Osorbo, a través de su muro de Facebook.
Rememora con sus palabras, que se habrían conocido antes, cuando por diferentes razones, ambos se encontraban retenidos en la prisión de Valle Grande, aunque en ese entonces, no existieran los lazos que luego, los unieron.
Transmite Valdés Cocho tal admiración por Osorbo en sus palabras, que llega al lector la intención de interceder por él, por su libertad de los represores, que lo tienen actualmente recluido.
“Solo tenías que dedicar cinco minutos de tu tiempo a conversar con él y, en menos de lo que pestañeabas ya estabas tarareando sus canciones o sencillamente respondiendo a disímiles de preguntas que te realizaba para así, tal cuál como lo dice, «ampliar sus conocimientos y estar a la par de los catedráticos»”, dice Valdés Cocho sobre Maykel.
Así mismo, relata una anécdota en la que un grupo de jóvenes artistas, activistas por los derechos humanos en Cuba, se reunieron, incluyéndolos a él mismo y a Osorbo, quien le pide una disculpa por acciones pasadas:
“Esa noche estábamos todos en el parque Cristo, al doblar de casa de Esteban Rodríguez; se encontraban Anamely Ramos González, Katherine Bisquet Rodríguez, Luis Manuel Otero Alcántara, creo y si mi mente no me falla que Denis Solís González también estaba con nosotros, Maykel y el propio Esteban. Nos habíamos juntado para así tratar, aunque sea por una noche, de despejar la carga de odio que cae sobre ti, de parte de los que se saben sin verdad. Recuerdo el tierno abrazo de Kathy, la dulce voz de Ana, el cuidado sobre protector de LuisMa, el regaño de Esteban, pero sobre todas las cosas, las ocurrencias y las locuras de Maykel. Recuerdo que en toda la noche Osorbo me miraba algo raro, como con culpa, como si quisiera decirme algo, pero no sabía ni cómo, ni cuándo, ni dónde… no pude más y le pregunté: «¿Mijito pasa algo? ¿Tienes que decirme algo? ¿Cuánto te debo?» … y me dijo con la mirada en el suelo; «¡Héctor, mi pájara, perdóname!» «¿Por qué Maykel? ¿Qué tengo que perdonarte yo?» … Osorbo había recordado que un tiempo atrás, cuando me encontraba sufriendo la injusta condena de enamorarme de quién no debía hacerlo y me costó los nueve meses más duros de mi vida en Valle Grande, fui trasladado a la misma compañía dónde él sufría la condena por el decreto que al inicio de este texto mencioné. Al llegar a dicha compañía él solicitó al oficial que me tomaba del brazo que ahí no me dejara, que me llevara para otra compañía, que ahí no me quería.
Maykel, en ese momento en que me pidió perdón por la homofobia de aquel entonces, por no sentirse capaz en aquel momento de compartir espacio con una persona homosexual, no era capaz de alzar la mirada, no podía mirarme… «¡Alza la cabeza y mírame! Soy yo, tú hermano». Lo abracé y me abrazó. No paraba de decirme que lo disculpara, que la vida le había enseñado esa noche muchísimas cosas y que había aprendido la lección de amar a las personas por lo que puede ofrecer su interior y no por su orientación sexual”.
Esta es la historia que comenta Héctor Luis en su muro, con la que deja claro todo el amor que se tienen estos amigos, no solamente él y Maykel, sino que a su propio decir “El amor va más allá de la pareja, va al amigo, a la madre, a la Patria. Tanto a Maykel, como a Esteban, a Luis Manuel y a todos los míos los amo.
Los que insisten en perpetuar el odio y expandir el terror sobre esta isla creyeron que, alejándolo de nosotros estaría débil, deprimido, sin ganas de seguir. No contaban con qué Maykel es esa persona capaz de trascender de lo físico a lo espiritual y adentrarse en el interior de los que lo queremos bien. De eso Maykel se nutre, de esa energía que emana del interior de los que lo amamos. Es ese ente imposible de borrar o formatear de nuestras mentes. ¡Maykel no está solo no! Está en mi mente y convencido estoy que también en la mente de esos intelectuales, artistas y periodistas que tanto disfrutábamos de su compañía, su chabacanería y por supuesto que de eso también aprendíamos.
¡Lo quiero libre! Una persona que irradia luz no puede vivir en oscuridad”.
Podría escribir durante horas sobre vivencias que tuve junto a Maykel Castillo Pérez, un rapero contestatario que sobre…
Posted by Héctor Valdés Cocho on Thursday, June 10, 2021