Los balseros cubanos que llegaron a las costas del sur de Florida en una precaria embarcación tras varios días en alta mar, conversaron con Telemundo 51, sobre su travesía.
“Me siento realizada y con la verdad vamos al final del mundo, aquello está malo…Feliz y contenta, para Cuba ni para coger impulso, mis hijas van a tener que venir aquí porque yo no voy para allá…no me aflijo aunque el dolor me mate”, expresó Maidelín Casas, quien aseguró que salió de la isla con su bata de doctora. También dijo que es un sueño hecho realidad poder estar en territorio estadounidense.
Cuentan estos cuatro isleños que salieron de Santa Fe, La Habana, en una embarcación de poliespuma el pasado 10 de abril “a vela y remo, no a motor” y a unas 70 millas de Cuba los agarró una fuerte tormenta y perdieron el rumbo en medio de unas olas de casi 30 pies.
“Lo único que me dio por decirle a los muchachos y a mi esposa fue: se sientan en medio de la embarcación y de ahí no se muevan, me hacen caso que esto está lleno de tiburones”, relató Héctor Reinosa.
Tras 6 días en alta mar sin rumbo, los isleños vieron a lo lejos los edificios de Key Biscayne y siguieron remando hasta que por fin lograron tocar suelo americano.
“Cuando nos bajamos nos íbamos de cabeza porque no teníamos fuerza de la cintura para abajo, imaginate mojados y sentados cinco noches…Soltamos la balsa, salimos para afuera los cuatro, cuando vimos a alguien preguntamos para Miami y caminamos 3 horas y llegamos”, expresó Reinosa quien dijo: “Yo sinceramente no me fui del país por traición, me fui porque la situación económica está muy mala y tengo cuatro hijos que mantener”.
Al llegar los migrantes al restaurante “El Palacio de los Jugos”, una mujer les compró su primera comida caliente.
El periodista Yusnaby Pérez, dio a conocer que contactó a un experto en inmigración y le dijo que al no existir la política de “pies secos, pies mojados”, no tienen derecho a obtener una residencia, sin embargo podrían presentar un caso de asilo político.