Heidy Sánchez Tejeda, la madre cubana deportada el pasado jueves desde Estados Unidos a la isla, rompió en llanto al hablar de los duros momentos que está viviendo tras ser separada de su hija de tan solo un año.
A través de un video publicado en Facebook, Sánchez pidió ayuda para poder reunirse con su hija y su esposo Carlos Yuniel Valle: “Quiero hacerles un pequeño video contándoles la historia. Mi niña, como ya mi esposo ha dicho, fue concebida por fertilización in vitro, yo no podía tener bebé. Estuve 28 años haciéndome tratamientos para poder quedar embarazada y no podía… ya ustedes pueden ir entendiendo la desesperación que yo siento ahora mismo de no tener a mi niña conmigo, de estar separada de ella”, expresó visiblemente afectada.
Entre lágrimas, Sánchez relató lo difícil que han sido estos días sin su hija: “Mi niña es mi vida, es mi todo. Me están matando lentamente, cada noche que duermo sin ella, cada vez que de mi pecho se bota la leche y que no le puedo dar a ella. Las pocas veces que puedo hablar con ella y me pide la teti y yo no se la puedo dar y cuando me dice ‘mamá ven’ y yo no puedo estar con ella”, relató entre sollozos.
“Les pido por favor, una vez más, que nos ayuden para que podamos estar juntos nuevamente, que mi familia pueda estar unida. Les doy gracias a todos… Las que son madre pueden entenderme, es una desesperación. Mi niña dormía abrazada a mí, yo no puedo dormir, me falta mi vida, me falta mi todo. Por favor, pónganse la mano en el corazón y ayúdennos. Por favor, se los pido. Muchas gracias a todos”, expresó.
En una entrevista concedida a la agencia Reuters, Sánchez, de 44 años, relató que fue detenida durante un registro de rutina en las oficinas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Tampa, Florida. Según contó, los agentes no aceptaron sus documentos, a pesar de presentar el formulario I-220B que le permitía permanecer en el país bajo supervisión.
“Me dijeron que llamara a mi esposo, que nuestra hija tenía que quedarse y que yo me iría… Mi hija se puso nerviosa y pidió leche, pero no les importó”, añadió, señalando que no le dieron opción de despedirse.
La madre aseguró que fue deportada junto a otras 81 personas, sin pasaporte, sin identificación y sin ningún documento oficial que explicara los motivos de su expulsión.
Durante la entrevista, reiteró que entiende que los funcionarios “solo estaban haciendo su trabajo”, aunque calificó de “injusto” haber sido separada de su bebé lactante.
“No puedo dormir, no puedo descansar. Solo pido que me reúnan con mi hija”, dijo entre lágrimas.
Sánchez se encontraba bajo una orden de deportación desde 2019, pero se le había permitido permanecer en el país siempre que cumpliera con sus reportes regulares ante ICE. Su esposo, ciudadano estadounidense, inició una solicitud de residencia legal para ella hace dos años, pero hasta la fecha no habían recibido respuesta oficial.