Habla balsera cubana sobreviviente de naufragio cerca de Cárdenas

La joven cubana Yaylin Mesa Vázquez, una de las sobrevivientes del naufragio de una embarcación cerca de Cárdenas el pasado 23 de enero, aseguró encontrarse bien físicamente, aunque en lo emocional se encuentra destruida, ya que su hermana Yamily Triana Vázquez, de 35 años, se encuentra entre los desaparecidos de la tragedia.

A través de sus redes sociales, la joven compartió una grabación este viernes, donde aseguró que ha sido muy duro para todos implicados en el naufragio y sus familiares.

“Me afecta mucho porque perdí a mi hermana, a muchos amigos y conocidos que estudiaron conmigo, todos eran jóvenes que no merecían morir de esa manera”, señaló.

Según cuenta, el día del naufragio habían salido desde un lugar llamado La Sierrita, con la intención de llegar a Estados Unidos en busca de un futuro mejor. Alrededor de las 3 o 4 de la madrugada arribaron a Cayo Galindo, y unas dos horas después prosiguieron la travesía.

El motor de la embarcación comenzó a presentar problemas, lo cual provocó que el avance fuera mucho más lento, y al revisarlo se percataron de que le faltaban algunos tornillos. Varios comentaron que debían regresar a Cayo Galindo para reparar el barco.

“Al faltarle un tornillo o dos, por la vibración que tenía el motor empezó a entrarle agua y empezó a llenarse muy rápido (…) Adelantamos un poco de regreso, pero de un momento a otro comenzó a entrar demasiada agua. Intentamos sacarla con unas cubetas, pero de repente se viró hacia el lado en que estábamos sentadas mi hermana y yo, y todos caímos al agua”, detalló.

Refirió que la esperanza del grupo era uno de los balseros que tenía un celular cubierto con una bolsa para protegerlo del agua, quien dijo que, si llegaba al cayo, avisaría a los Guardafronteras.

Tiempo después decidió junto a su hermana, ambas con chalecos salvavidas, intentar nadar hacia el cayo, pero las fuertes corrientes y el oleaje le impedían avanzar.

“Llegó el momento en que me separé de mi hermana, la tuve que dejar porque vi que ya no estaba respirando, había tragado mucha agua. Yo solo pensaba en mi mamá y en mi hija, y en que tenía que salir de ahí viva de alguna manera (…) Solo la dejé, con el corazón deshecho y sin fuerzas para nadar”, prosiguió la joven.

Después de muchas horas batallando por su vida, fue rescatada por un barco pesquero, al cual le hizo señas casi sin fuerzas: “Creo que me desmayé y después de eso, recuerdo que estaba encima del barco”.

Allí le ofrecieron agua y alimentos y notificaron a los Guardafronteras, quienes la trasladaron hacia tierra firme, donde recibió atención médica, junto a otra joven que había sido rescatada.