Varios familiares de las víctimas del tiroteo desatado en un concierto en Miami-Dade, se cuestionaron acerca de los hechos y exigen respuesta de las autoridades sobre el caso.
Clayton Dillard, perdió la vida en el tiroteo, y su padre clamó a la Policía para tener acceso al cadáver de su hijo, que estuvo por casi 18 horas tendido en la escena del crimen a más de 90 grados de calor, según informó el diario Local 10 News.
Mientras los agentes llevaban a 8 de las víctimas a recibir atención médica, otras docenas de heridos llegaron por sus medios a los centros de salud cercanos, como es el caso de Palmetto General Hospital y el hospital Memorial en Hollywood.
Angélica Green, madre de un joven de 24 años, a quien una bala atravesó su estómago, dijo: “Nos llamó frenético, diciendo que le habían disparado, que le dolía y que nos ama. Mi esposo le decía: No, quédate con nosotros… Dijo que los muchachos vinieron con pasamontañas y sudaderas con capucha, y empezaron a disparar contra la multitud”.
“Uno nunca sabe lo que es hasta que le quitan algo. Ella está en cirugía ahora. Solo estamos orando. Rezando por todas las víctimas, rezando por todas las familias”, reveló Chad Harris, cuya hija de apenas 19 años recibió un impacto de bala en el concierto.
Un total de 22 víctimas recibieron disparos esa medianoche y aún la policía investiga el caso que ha conmocionado la ciudad.