El profesor universitario David Alejandro Martínez Espinosa, denunció en las redes sociales la injusta expulsión de su centro de trabajo, debido a sus críticas a la dictadura cubana y a promover la realización de la Marcha Cívica por el Cambio del 15N.
A través de su cuenta de Facebook, Martínez, quien es ingeniero químico, relata que fue expulsado de manera arbitraria de la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos, por sus ideas políticas.
Su denuncia, es reproducida íntegramente a continuación:
“En el día de hoy martes 19 de octubre del 2021, Arelys Falcón Hernández, Rectora de la Universidad de Ciencias Médicas en Cienfuegos, junto a la Decana y otra trabajadora, tuvieron una reunión conmigo para retirarme mi categoría docente y de esta forma poner fin a mi contrato de trabajo como profesor universitario.
Trataré de redactar en estas líneas un bosquejo aproximado de la conversación que tuvimos, antes de que se me olvide.
Ella me pidió que leyera el documento escrito que me estaba entregando donde se citan las Resoluciones y demás documentos «legales» que le permiten a ella tomar esta decisión respecto de mí. Yo procedí a leerlo, cuando encuentro esto:
«POR CUANTO: El Profesor instructor Ing. David Alejandro Martínez Espinosa, durante su desempeño profesional ha publicado en las redes sociales cuestionamientos en contra del proceso social cubano de naturaleza laboral, social y política, manifestándose con abierto desafío y crítica de nuestro sistema político. Se aprecia evidente recrudecimiento en sus ataques contra la revolución cubana y los valores que esta promulga, haciéndose eco de falsas noticias sobre el escenario cubano actual y de sus dirigentes e incitando a la juventud cubana a una confrontación directa en contra de nuestro proceso social. Mediante sus expresiones públicas se define su pérdida de ideología en la revolución cubana lo que ha conducido al deterioro paulatino de su ejemplaridad y su condición como profesor instructor universitario.»
Cuando leí esta frase: «haciéndose eco de falsas noticias sobre el escenario cubano actual y de sus dirigentes», paré mi lectura en seco y le dije a la Rectora:
– ‘¡Perdón, aquí se dice una mentira flagrante!’ Me refiero a esta parte…”—y le leí la frase susodicha.
Le pedí entonces que me dijera una sola de las supuestas mentiras que yo hubiera publicado, y ella mencionó mi crítica al sistema político cubano y a los dirigentes de la Revolución. Respondí que considerar negativa la gestión política de los dirigentes no es hacerse eco de fake news, sino que es mi opinión sobre esa cuestión, la cual con todo derecho puedo manifestarla por escrito y oralmente ante quienes yo considere oportuno.
Posteriormente se refirió a una excelente publicación de Madelyn Sardiñas Padrón con fecha 12 de octubre donde ella analiza la respuesta negativa del gobierno a los firmantes de la solicitud para marchar pacíficamente el próximo 15N. Yo compartí esa publicación en mi perfil y la rectora me dijo que, aunque esa no fuera mi opinión, ese escrito era falso.
Me cuestionó porque yo incitaba a las personas a marchar el 15N desde mi perfil de Facebook, y yo le respondí que era un derecho que nadie podía negarnos.
Cuando me comunicó la noticia de que me había reunido para revocarme la Categoría Docente de Profesor Instructor, yo le dije que ese solo hecho era una prueba irrefutable de lo que ella llamaba fake news, a saber, del carácter dictatorial del régimen cubano que hacía depender la ejemplaridad de un profesor de la ideología política que defiende. Le dije que la retaba a que me pusiera un solo ejemplo de algún profesor universitario de cualquier país libre del mundo que hubiera perdido su Categoría Docente por sus opiniones políticas vertidas en su perfil de Facebook. Ella hizo silencio.
Le argumenté una vez más, como en el interrogatorio que me hizo en marzo pasado, que en mis clases no hablo de política a mis estudiantes, y ella me repitió que los profesores cubanos debido a que trabajamos en una Universidad Pública, debemos acogernos a los «valores» del sistema socialista y quienes no lo hagan no pueden ejercer la docencia. Yo le dije que eso era una barbaridad y que eso estaba muy mal, ella solo me contestaba: «esa es su opinión».
Yo le dije que ella tenía todo el derecho del mundo a ser comunista, pero que no tenía derecho a imponerme ni a mí ni a ningún ciudadano su ideología.
Me dijo que la marcha del 15N no era pacífica como nosotros decíamos, y que eso se vería el día 15N, y yo le respondí:
—‘Claro que no será pacífica, pero ¿sabe por qué? Porque los policías y los agentes nos van a caer a palazos’. — Ella guardó silencio.
Después me dijo que los policías como fuerzas represivas, tienen el deber a reprimir lo mal hecho, y me dijo que así era en todo el mundo. Yo le dije que eso no era cierto, porque una cosa es reprimir un delito y otra reprimir una manifestación pacífica. Le puse de ejemplo el 11J en Cienfuegos donde estuve, y le pregunté cuáles vidrieras se rompieron o qué violencia por parte de los manifestantes cienfuegueros se había cometido.
Ella me dijo que era cierto, pero que en otros lugares del país sí se cometieron actos vandálicos. Yo le dije: —‘No se vaya del tema, estamos en Cienfuegos, y yo le hablo de lo que vi con mis ojos, nadie me lo contó, y en Cienfuegos los vándalos fueron los agentes policiales quienes metieron palazos, estrellones contra el piso y lanzaron a los camiones a los ciudadanos por gritar consignas de ‘Libertad’, ‘Patria y Vida’, etc.’ Ella intentó desviarse al tema de que algunos manifestantes ofendieron al presidente. Se refiere al coro de «Díaz Canel sin casa». Yo le dije que era cierto, pero que eso surgió espontáneamente y que no todos los que fuimos al 11J nos conocíamos y por tanto no puede juzgar a unos por los gritos de otros.
Le mencioné que los amigos del fake news eran los periodistas del noticiero nacional que ayer mismo pusieron un reportaje donde decían que rechazaban la marcha del 15N porque era anexionista, y yo le dije a ella que buscara una sola publicación de Archipiélago donde se insinuara, aunque fuera de lejos, la posibilidad de la anexión. Ella guardó silencio.
Le dije: — ‘¿Qué Ud haría si yo ahora empiezo a denunciarla a Ud por proxenetismo?’— Ella me dijo que, por supuesto que no sería ético y correcto, porque es una acusación falsa.
Yo entonces le dije: — ‘Pues así mismo nos sentimos nosotros cuando Uds. nos acusan de anexionistas y mercenarios’. Ella contestó que el problema es que el «corte» de todos esos grupos disidentes es el mismo: el anexionismo. Yo le respondí que en 1ra, eso es falso, y en 2da, Archipiélago no tiene nada de eso en sus principios.
Me dijo que yo podía seguir trabajando como ingeniero, pero como profesor no, que yo con mi posición ideológica no puedo formar estudiantes. Me aseguró que ella estaba cumpliendo su función doble: por ser comunista y por ser la Rectora. Y en efecto, ella no es más que el instrumento de la dictadura para reprimir a un profesor que no es comunista.
Me habló de que no era cierto que había represión en la Universidad, porque ella era consciente de que muchos otros profesores pensaban diferente (se refiere a que no son revolucionarios) y no por eso habían perdido su categoría docente. Enseguida le dije: — ‘Claro, entonces con eso que Ud me dice, con el mayor respeto, demuestra la hipocresía de la Universidad, porque Ud me está insinuando que sabe que otros profesores no son comunistas, pero la única diferencia conmigo, es que no lo dicen abiertamente ni lo publican en sus redes sociales’.
Le dije al final: ‘Bueno, es una pena, espero que algún día podamos vernos en otro contexto que no sea este’. Y ella me respondió casi que por cumplido: ‘Sí, es una pena’. Me despedí y salí de su oficina con una razón más para ir a marchar el 15N. Además de todas las razones que teníamos para marchar, ahora yo le sumo esta: ‘por el fin del acoso laboral a los ciudadanos con ideas políticas diferentes’.
¿Qué se supone que tenga que hacer ahora? ¿Buscar otro trabajo? ¿Lo encontraré en alguna institución del gobierno? ¿Alguien del sector privado se atreverá a contratarme? Ya veremos.
Esta medida que ha tomado la Seguridad del Estado conmigo (a través de la fachada de la institucionalidad universitaria) tiene un carácter doble: punitivo y disuasorio.
a) Punitivo, en cuanto que constituye un castigo por lo hecho por mí hasta hoy, en lo relativo a mi activismo cívico a favor de los derechos de todos los cubanos a manifestar sus opiniones y desacuerdos pacíficamente.
b) Disuasorio, en cuanto que pretende disuadirme de CONTINUAR haciéndolo, y, sobre todo, es obvio, pretende disuadirme de mi intención de marchar el día 15N. Pues bien, sépanlo todos: no me interesan vuestras amenazas, vuestras llamadas telefónicas, vuestros mensajes anónimos, vuestras fotos a mi persona cuando camino por la calle, esa guerra psicológica la tienen perdida. Yo soy católico y sé que ante Dios no hay héroes anónimos. Mientras pueda caminar y me lo permitan repetiré una y otra vez que el 15N y cuantas veces entienda, yo iré a la calle, a manifestarme, porque la calle no es de ustedes: los baches y los huecos que la saturan, lo son.
Desde aquí, denuncio ante el mundo entero y ante mis compatriotas cubanos donde quiera que estén, la injusticia del Sistema Socialista Cubano que priva del sustento a un ciudadano de bien, por el leso crimen de criticar el gobierno de su país o lo que es peor todavía, por pretender salir a manifestarse cívica y pacíficamente para exigir el fin de la violencia, el acoso laboral, la libertad de los presos políticos y la instauración del diálogo nacional entre todos los cubanos.
Me pregunto: ¿Es la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) un organismo que defiende a la totalidad de los profesionales? ¿O será una herramienta más al servicio del poder vigente? ¿De qué me sirvió estar afiliado al sindicato?
¡Ay! que dignos hijos de la Cultura, el Saber y la Civilización son estos que privan de pan a un trabajador honrado, de un profesor a sus alumnos, y del espacio libre necesario para el debate a una Academia de Altos Estudios. Y para más orgullo mío, fue en las vísperas del día de la Cultura Nacional: ¡Que viva la Cultura Nacional!.
Ing. David Alejandro Martínez Espinosa”.
En el día de hoy, martes 19 de octubre del 2021, Arelys Falcón Hernández, Rectora de la Universidad de Ciencias Médicas…
Posted by David Martínez Espinosa on Tuesday, October 19, 2021
Los usuarios reaccionaron ante semejante injusticia: “No me sorprende en lo más mínimo la actitud de Arelys, ¡qué horror! Una persona con tantos valores como tú David Martínez Espinosa, siendo atacado por lo más vil y bajo. Si bien ella conoce que otros profesores ‘piensan diferente’, pero ellos al no publicar nada pues no pasa nada, hipocresía en su más alto concepto; y ¿qué dirá del fraude sistemático y casi generalizado al igual que los favoritismos que existen en la UCM? Vamos eh, que viví en el monstruo… nada amigo, otra razón más, ¡qué bárbaros!” … “Amigo, ¿qué decir? Ahora mismo sí me viene a la mente el poema de Guillén: ‘Quién dijo que te odio yo’. No entienden nada, el miedo los tiene ciegos. Miedo a la justicia venidera, solo la razón, el civismo y valentía nos conducirá a la victoria. Aquí me despido con las bellas palabras, hoy más que nunca, ¡Patria y Vida!”.