Dan el último adiós al entrenador de béisbol fallecido en un accidente de tránsito en Holguín

Carlos Alberto Rodríguez Hernández, el destacado entrenador de béisbol de la provincia Holguín que falleció como consecuencia de las heridas sufridas en un accidente de tránsito, fue sepultado este viernes en su tierra natal.

Al sepelio de este entrenador asistieron gran cantidad de personas que lo conocieron y que quisieron presentar sus respetos a sus seres queridos y ayudarlos a sobrellevar esta dura pérdida que han sufrido.

Las imágenes que se han compartido en las redes sociales se puede apreciar que era una persona muy querida, pues muchos acudieron a darle el último adiós y llenaron su tumba de flores en señal de despedida.

Rodríguez se vio envuelto en un accidente de tránsito ocurrido en horas de la tarde del pasado sábado 22 de noviembre en el tramo de la Carretera Central perteneciente a Brisas de Yareyal cuando viajaba a bordo de su moto y aunque lo trasladaron a un hospital, no consiguió recuperarse de las heridas sufridas.

Roberto Carlos Rodríguez Torres, hijo del conocido entrenador, utilizó sus redes sociales para dedicarle unas conmovedoras palabras a la memoria de su padre en las que explicó lo importante que fue para él.

A continuación, reproducimos íntegramente las palabras de Roberto Carlos Rodríguez Torres a su padre:

Estas son las palabras más difíciles que me han tocado escribir, pero mi padre Carlos Alberto Rodríguez Hernández merece este texto y mucho más.

Nació en el barrio La Botija en Majibacoa, hijo de Fito y Cuca. El béisbol fue su gran pasión, tanto como atleta y entrenador, deporte al que dedicó más de 30 años de su vida.

Fue altamente reconocido por la agilidad y peculiaridad con las que se desempeñaba como coach, particularmente su forma de impartir las señas, aunque en esta última jugada que le deparó la vida no le dio tiempo a darlas.

Representa para mí un orgullo que él formara parte del equipo Holguín campeón de la Serie Nacional de Béisbol número 41 en el año 2002, uno de los momentos más felices de su vida y de todos los que amamos este deporte.

Fue asistente y dirigió al equipo de Cacocún con quien obtuvo sus primeros resultados positivos. También con los Vaqueros de Calixto García a los que condujo al subtítulo en el Torneo Clubes de Campeones del 2005.

Su modestia, sencillez y espíritu solidario lo convirtieron en una persona muy querida por sus compañeros de trabajo, amigos y familia.

Aunque hoy tristemente el deber nos convoca quiero agradecerle a todos los que le acompañaron en sus momentos de alegría y tristeza, en su risa y hoy en nuestro llanto.

Nosotros sus hijos nos quedaremos con su ejemplo de padre excepcional, el amigo incondicional, el hombre intachable entregado a su profesión pero que nunca descuidó a su familia.

Y aunque ya no estarás físicamente entre nosotros tú seguirás siendo nuestro guía. Por todo esto, gracias papá.