Doctora cubana con cáncer recibe ayuda de varios colegas

La doctora cubana Ismaray Quintanilla, de 30 años, quien fue diagnosticada con un linfoma en el mediastino anterior y cuya situación de salud se agravó mientras cumplía misión médica en Venezuela, recibió ayuda de varios amigos de estudios.

El caso fue dado a conocer en el perfil de Facebook del médico Alexander Jesús Figueredo Izaguirre, quien es amigo y colega de la galena, donde colgó unas fotos de Ismaray al lado de una lavadora que le han comprado, ya que al regresar a la isla tenía que lavar a mano.

“Cuando los amigos tienen el corazón más grande que el universo, los días en nuestra efímera vida se hacen inolvidables… gracias mis hermanos y hermanas por toda la ayuda a mi amiga… ya ella tiene su lavadora y más aún el regalo de tener buenos amigos… que Dios le multiplique en salud y amor lo que hicieron posible que ella hoy pueda tener Patria y Vida…”, así escribe Alexander en su muro de la red social.

El post recibió varios comentarios con muestras de cariño hacia la doctora: “Me alegro mucho todos los cubanos unidos a pesar de tantas dificultades, bendiciones para todos”… “Bendiciones para esa joven que Dios siga poniendo su mano sobre ella para que se recupere”… “Que bueno verte alegre con esa sonrisa que siempre te caracteriza, lluvia de bendiciones. Mucha salud para ti, Dios hace milagros mucha Fe, un abrazo”.

La situación de Ismaray Quintanilla, ya había sido expuesto por el mismo Alexander, quien, en una publicación anterior, incluso dijo que próximamente diría los nombres de las personas que de alguna manera contribuyeron a la gravedad de la doctora.

“Aquí está mi colega y amiga, hoy fue ingresada ya pero los diagnósticos no son favorables el tumor ya creció más TUMOR DE MEDIASTINO querían saber quién es? aquí está ella… Espero que mi publicación sobre las misiones les sirva de ejemplos a muchos que piensan que esa es la vida…Pronto publicaré los nombres de todos aquellos que por su insensibilidad y falta de conocimientos la dejaron llegar a este estado…Su nombre: Ismaray Quintanilla”, expresó.

El galeno quien en varias ocasiones ha denunciado la dura situación que se vive en la isla, le aseguró a su amiga que no la dejará sola: “Mi amiga fuerza … Dios no te va a dejar sola ni yo tampoco así como todos los que te conocemos … Ya se que no está en manos de la ciencia pero Dios todo lo puede, ya todo es decisión de él…ESTA VA POR MI …”

A continuación, reproducimos íntegramente las palabras de Alexander Jesús Figueredo sobre la situación de la doctora Ismaray Quintanilla:

Lo contado a continuación, no es un cuento de había una vez, ni un duermete mi niño, es la historia real de las vivencias de los colaboradores en Venezuela … por poner un ejemplo comienzo con este que es una colega y amiga, que en estos momentos está pasando por esta situación….. mediten médicos cubanos hoy es ella, mañana eres tú.

Esto sucedió en el estado Zulia, colaboradora de 30 años y madre soltera. Viaja a Venezuela en el 2018 dejando a 2 niñas una de 3 años y otra de 6. Con la esperanza de al terminar su contrato de trabajo de 2 años, pueda comprarse aunque sea un cuartico donde vivir con sus hijas.  Pasa el 2019, Todo un año de sacrificio. En enero del 2020 y gracias a Dios pudo venir a su año porque muchos llevan más de 20 meses violando su contrato de trabajo y sin poder venir, llega de vacaciones y las disfruta con sus familiares.

De regreso a Venezuela en febrero del 2020, 4 meses después en junio, comienza a sentirse mal. Ella padece de asma bronquial e hipertiroidismo, comienza con síntomas: tos seca y falta de aire. Piensan que es Covid pero las pruebas dan negativas. Al ver que su estado de salud empeora, decide pedir el 15 de junio su fin de misión, pues ya había cumplido sus 18 meses que era lo establecido por el contrato, alegando su estado de salud. 

Comisión médica solicita un resumen de historia clínica que compruebe lo alegado en la solicitud de fin de misión, 15 días después se le comunica que su solicitud ha sido aprobada pero que hay atrasos en vuelos. El médico que se encargaba en su CDI de atender a los colaboradores enfermos comienza a llamar al estado porque la paciente sigue empeorando. Ahora con saturación de oxígeno baja (en 80) taquicardia sinusal (pulsaciones en 120 y 130 por minuto) y mucho dolor en las extremidades superiores. Sin hacerle ningún tipo de pruebas, se le indica al médico ponerle tratamiento para las tiroides, medicamento que no había porque todos los enviados desde Cuba también se agotaron allá. 3 meses después, el 18 de septiembre llega a la institución una visita de la jefatura médica de Caracas junto a la segunda jefa de estado. La colaboradora le comunica su situación y es enviada ese mismo día a ingresar para de ahí ser enviada a Cuba.

Al ingresar se realizan análisis de sangre y la doctora al salir de la guardia indica hacerle una placa (orden que nunca se cumplió), la doctora que recibe al sentir la tos de la colaboradora la examina y dictamina que es producto del estrés y algún estado nervioso (OJO CON ESTO, SIN REALIZAR PLACA). Se le realiza ultrasonido y exámenes para tiroides los cuales dan negativos. Aclaremos que desde un inicio se culpó al hipertiroidismo del que padecía por los síntomas presentados, cosa que fue descartada al dar los exámenes negativos.

Después de 13 días de ingreso y una persecución constante del jefe de comisión médica, digo persecución para no decir acoso, al ver que no logra sus propósitos con ella, le comunica que su salida para Cuba se demorará de 3 a 4 meses por lo que se le dará el alta y se trasladará a trabajar a otro CDI. Descortesmente se dirige al médico de guardia y le dice: ella está de alta en espera de la transportación y abandona la sala. Desesperadamente comienzan las llamadas a los amigos para que le aconsejen qué hacer. Uno de ellos le da el número de jefe de estado y por vía Whatsapp se le comunica la situación. Contestando así…“Mañana le daré respuesta a su caso licenciada”.

Respuesta que nunca llegó, pero como Dios es grande, sale un listado de vuelo donde aparece el nombre de la colaboradora. Su coordinador que estaba al tanto de la situación se lo comunica. Más tarde llega el acosador y le pregunta: ¿Qué haces aquí? A lo que ella contesta: ¿Cómo que qué hago aquí?. No entiendo la pregunta. El le dice que ella está de alta y debe ir para el CDI asignado. Ella le comunica que salió en listado de vuelo y debe entrar a la villa de cuarentena antes de las 6 de la tarde. Él con una sonrisa chantajista le dice: “yo vengo a buscarte para llevarte”.

18 días en una villa de cuarentena, 5 PCR realizados y todos negativos. Sufriendo por la mala alimentación. Salen los listados de vuelos, los mismos eran cambiados constantemente, o sea se cambiaban los nombres a conveniencia alegando que había colaboradores con más prioridad. Después de miles de protestas y casi con un conflicto armado salió para Caracas, allí estuvo 5 días más con 3 PCR más negativos. 

Llegó a Cuba y la aduana hizo lo suyo. Decomisan maquinitas de afeitar, hornillas eléctricas y otras pacotilla. Después de tanto atropello es trasladada a Jagüey Grande donde se debe pasar 10 días de cuarentena y tener 3 PCR negativos.

Maravillosa la atención y las condiciones. Muy buena comida. Lo que nunca entendí es como si el vuelo era humanitario y la mayoría eran colaboradores enfermos, no había ningún medicamento para el dolor, ni siquiera con que tomar la tensión.

Al 7mo día comenzó la colaboradora dejar de comer, (aclaremos que los síntomas nunca desaparecieron, al contrario aumentaban con los días) ella sentía que tenía una exofagitis pero debía salir de allí para atenderse. 

El 12 de noviembre llega a su policlínico y solicita una placa. Ahí estaba, el diagnóstico: linfoma en el mediastino anterior, ocupando pulmón, exofago y desplazando el corazón, según tomografía simple, midiendo 120 x 108 mm. Hoy hace 3 meses con las quimio. Psicológicamente devastada. Todo por lo que luchó se desvaneció. Con el cambio de moneda perdió mucho dinero. Ahora sus ahorros ya no son para un cuarto donde poder vivir, sino para comprar la comida si aparece y alimentar a sus hijas. Con llagas en las manos de lavar porque las lavadoras solo las venden en dólares y ella no cuenta con esa moneda.

Pero mantenía la esperanza de que con quimioterapia que comenzó hace 3 meses diera resultados. Hoy precisamente le comunican que el tratamiento no funcionó y está en espera de que se reúna una comisión médica para decidir que se va hacer con su caso. Sin deseos ni fuerzas de seguir en la lucha, cansada de ver a sus hijas sufrir al verla tirada en una cama, sin poder atenderlas, sin que la enfermedad se haga sentir, se hace la siguiente pregunta: ¿Qué hubiera pasado si siguiendo las órdenes de jefe de comisión médica alias el acosador, hubiera comenzado a trabajar por otros 4 meses más, sin tener un diagnóstico definido y no hubiera venido para Cuba?.

¿Sería hoy una colaboradora más que hubiera muerto sin un diagnóstico? O simplemente le hubieran dicho al familiar que murió de Covid?. ¿Por qué nadie del gobierno ha acudido a visitarla?.

Muchas gracias al personal de salud y los trabajadores del INOR (Instituto Nacional de Oncologia y Radiobiologia) por sus buenas atenciones.

Esto va para: 

Aquellas colaboradoras acosadas sin ser escuchadas.

Para aquellos médicos que perdieron la vida sin que se les atendiera como se merecen.

Por los que todavía están bajo condiciones deplorables y viviendo en hacinamiento.

Por los que le robaron su dinero con este reajuste y le siguen devaluando ahora el peso con el que le van a pagar pues todo es en dólares y el 30% del descuento es para que compren agua.

Por todos los que hoy siguen creyendo que ustedes les importan a algún dirigente..

Aquí tienen en lo que pueden terminar ….

Les dejo algunas imágenes de su alimentación en Venezuela, del agua para bañarse, de algunas indicaciones del estado y de la patología y estados de Whatsapp de la colaboradora….

El que no crea mi testimonio… puede escribir a este número…..Para que la misma colaboradora corrobore lo escrito… 

Estas fueron sus palabras hacia mi….”Gracias amigo. No solo por mi. Por todos los que quedan allá, que la mayoría lo hace por tener un techo donde vivir. Tu lo sabes, aguantamos hasta el final sobrepasando los límites”.

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