El expolicía Derek Chauvin fue condenado este viernes en a 22 años y medio de cárcel por el asesinato del afroestadounidense George Floyd.
El juez Peter Cahill, aunque no llegó a los 30 años de prisión solicitado previamente por la fiscalía, indicó que lo establecido este viernes en el juzgado es consecuencia del comportamiento del ex policía, el cual calificó de “abuso de una posición de confianza y autoridad, y también la particular crueldad sobre Floyd”.
Por primera vez y luego de transcurrido un año del homicidio de Floyd, el ex funcionario policial de Minneapolis, se atrevió a dirigirse a los familiares del fallecido, ofreciendo entre varias cosas sus palabras de condolencias aprovechando el momento de su declaración ante el juez. “Habrá más información en el futuro que les será de interés, y espero que estas cosas los dejen más tranquilos”.
Durante el juicio, Philonise Floyd, uno de los hermanos del afroamericano asesinado, exigió aplicar todo el peso de la ley solicitando la “máxima sentencia posible” para el ex policía.
Un destalle a resaltar es que el jurado que tomó la decisión final de este caso estuvo bastante equilibrado, conformado por 6 ciudadanos negros y 6 blancos, quienes después de deliberar por cerca de 10 horas decidieron culpar a Chauvin por los cargos de homicidio doloso en tercer grado, homicidio involuntario y homicidio no premeditado en segundo grado.
Al respecto, el mandatario estadounidense, Joe Biden, recibió con agrado la sentencia, argumentando que “fue un asesinato a plena luz del día y le quitó la venda de los ojos a todo el mundo sobre el tema racial existente”.
Según los informes de arresto de Chauvin, de mostrar un buen comportamiento en la cárcel, podría reducirse su pena a 15 años, saliendo en libertad condicional.
Como recordatorio de los hechos, es importante repasar que todo este incidente sucedió el 25 de mayo de 2020 cuando George Floyd ingresó a una tienda tratando de pagar con un billete de $20 presuntamente falso.
Al ser denunciado por el dueño del establecimiento, la policía detuvo a Floyd cuando aspiraba irse en su auto, generando la claustrofobia que dijo padecer en ese instante. Ante su ataque de ansiedad, fue lanzado al suelo y a partir de ese momento inició el acto represivo por parte de Derek Chauvin.
Aunque los testigos del hecho le gritaban al policía que lo soltara, Chauvin seguía presionando con fuerza contra el inmovilizado Floyd.
Lo que no se esperaba el agente agresor fue que todo el incidente quedaría grabado en un video filmado por un testigo, en el que se escucha y ve a George Floyd diciendo repetidas veces “no puedo respirar”, debido a que Chauvin tenía clavada su rodilla en el cuello de Floyd.
Pese a los gritos de las personas que atestiguaron los hechos y solicitaban al ex policía que terminara con la evidente agresión, Chauvin hizo caso omiso hasta que casi 10 minutos después ejerciendo fuerza en la misma posición inicial, provocó que Floyd perdiera el conocimiento hasta provocar su muerte.