Carlos Manuel Álvarez: “Acabo de llegar a La Habana. Magullado, pero vivo”

El periodista y escritor cubano Carlos Manuel Álvarez publicó un video en las redes sociales en el cual contó todos los detalles del interrogatorio al que fue sometido por parte de la Seguridad del Estado.

Álvarez relató que los oficiales le preguntaron por una salida que hizo el pasado sábado con unos amigos en La Habana, algo que al parecer molestó mucho a las autoridades porque se reunió con artistas que participaron en las conversaciones con el Ministerio de Cultura y otros amigos.

“Fui sometido a un interrogatorio de dos horas sobre mi salida el sábado en la noche en La Habana con artistas participantes en las conversaciones con el Ministerio de Cultura, miembros del Movimiento San Isidro y amigos que no son ni lo uno ni lo otro. Al parecer esto es un delito y lleva una especie de condena por parte de las autoridades de mi país. Como no me pueden meter preso traen la cárcel hasta mí limitando mi libertad individual. No he dejado de estar preso desde que llegué a Cuba porque he estado constantemente vigilado”, expresó. 

El joven reportero que dirige la revista El Estornudo reveló que, una vez concluido el interrogatorio en lugar de dejarlo en La Habana, lo trasladaron hacia la casa de sus familiares en Matanzas en contra de su voluntad.

También aseguró que iba a salir nuevamente hacia La Habana porque nadie tenía el derecho de impedirle estar en la capital y mostró las lesiones que sufrió al intentar escapar.

“Gente que me acompaña: Acabo de llegar a La Habana. Magullado, pero vivo. Lo que ha sucedido hoy califica entre siniestro, absurdo y peripatético. Tengo encima tanto arañazos como no tenía desde niño. Igual que entonces, estos también son rayones de libertad, así los resignifico ahora. Mi madre, ejemplar, me acompañó en el camino de vuelta, como para compensar las presencias que me custodiaban en la ida a Cárdenas. Tampoco, desde niño, había vuelto a sentir la protección absoluta de mis padres, lo que tal cosa significa, aunque esa protección siempre haya estado ahí. Tiene que ver más conmigo que con ellos. Creo, de hecho, que acercarse a la pureza del niño, rozar ese ideal, es lo único que puede salvarnos o salvarme ahora. No tengo nada que esconder, no tengo trastiendas. Hoy hice un video exaltado, pero la exaltación no venía de la cabeza, que va serena, que no ha dejado de pensar y de buscar la calma en medio de todo, sin autocompasión ni engolamientos. La exaltación venía del cuerpo, que pocos minutos antes había emprendido una fuga porque unos sujetos que no se identificaron en ningún momento, que no eran policías, que me trasladaban de provincia contra mi voluntad, querían que aceptara todo eso sin chistar. Hay más detalles, siempre hay más detalles, pero no los abrumo. Estas detenciones, secuestros e imposiciones que me han sucedido en el último mes no son episodios aislados, son los picos de un largo capítulo de vigilancia y violencia que no ha cesado a lo largo de muchas décadas y que a veces encarna en unos o en otros. Estoy sin identificación, la Seguridad del Estado se quedó con mi carnet de identidad. Voy a descansar ahora. No tengo cómo agredecerles su solidaridad, pero sé que me sostiene”, escribió.