El popular presentador cubano Alexander Otaola compartió en sus redes sociales un texto en el que realizó una valoración sobre el trabajo hecho en el año 2020 con el objetivo de conseguir la libertad de Cuba.
Otaola explicó que muchas personas le han recriminado que la dictadura todavía se mantiene en el poder a pesar de sus múltiples promesas, pero que para él fue un año bastante productivo y que se consiguieron muchas cosas buenas.
El presentador recordó que el pasado año se consiguió que muchas personas se involucraran de manera activa a esta causa y que perdieran el miedo a denunciar la represión del gobierno.
También dijo que se encuentra contento con todo lo que logró durante el 2020 porque ha podido aglutinar a muchos cubanos y a movimientos opositores alrededor de una idea que no es otra de lograr el tan ansiado cambio en Cuba.
Por último, prometió continuar luchando por la libertad de Cuba y dijo que está convencido que este 2021 será fundamental para conseguir este logro.
A continuación, reproducimos íntegramente las palabras de Alexander Otaola:
Algunos me preguntan sobre el 2020 y su final. Otros me reclaman como es que no ha caído la dictadura. Otros, los más cercanos, me reprochan el haber puesto fecha a la libertad: nadie hace eso, estás loco, me dicen.
Los comunistas se burlan de seguir en el poder y el pueblo cubano sufre hoy, más hambruna, más separación, más miserias, más desencanto. A todos quiero contestarle de una sola vez.
El 2020 fue el año de transformaciones radicales. El año en el que despertaron muchos del letargo. El año del reconocimiento de lo insostenible del caos comunista. Fue un año de acciones, de sofocar a los que nos han sofocado. Un año donde la espontaneidad se convirtió en la daga letal y la esperanza fue tachada de odio y división.
Hemos sido capaces de visualizarnos libres y prósperos. De fundar partidos, grupos y, sobre todo, de saber que la libertad llegará desde dentro. Me preguntan si estoy triste o frustrado. Las ciberclarias triperas, esperan verme decepcionado; pero sepan que: no puedo sentirme mal por haber impulsado todo eso, junto a muchos que también lo hacen. No puedo arrepentirme de poner fecha límite a un sistema de represión y asco. Que jura ser eterno. No puedo, ni quiero dejar de proyectar las ansias de libertad, para que sean visualizadas y traducidas a un cambio real.
Hoy los cubanos hablan de libertad, critican y protestan, se aglomeran y defienden entre ellos. Nos guía un latido débil; pero perceptible. Nos hinca un remoto y empolvado cromosoma mambí. Aún a tientas, con timidez, miedo o sencillamente asombro de ser capaces y estarlo haciendo.
¡Sí, lo estamos haciendo! Fue un año de ejemplos, de rostros, de fuerzas. Mostramos sus rostros, sus mentiras, los hicimos respondernos, reconocernos como enemigos. Aquí estamos y seguimos, con el PDP, MSI, UNPACU, S+, CDE y muchos otros.
Pusimos nuestras propias siglas en el mapa. Los dejamos sin argumentos y desmóntanos sus viejos discursos. Los ridiculizamos, se vieron temerosos y desesperados, aún lo están. Estoy orgulloso. Tenemos que estar orgullosos y tenemos que seguir diciéndole a todos los hermanos que aún no lo creen. Este año sí, viva Cuba libre.