Javier Larrea Formoso, el activista cubano que denunció el envenenamiento de sus perros en la ciudad de Santa Clara, publicó un emotivo texto en las redes sociales en el que exigió que se haga justicia.

Formoso confesó que se siente completamente devastado por lo sucedido porque se trata de un hecho muy cruel contra animales indefensos que no hacían daño a nadie y que eran muy queridos.

Además, dijo que ha recibido visitas de las autoridades de la provincia donde le prometieron que iban a hacer todo lo posible por resolver su caso y los demás envenenamientos que se han registrado en la ciudad.

El joven se manifestó en contra del maltrato animal y agradeció las múltiples muestras de apoyo que ha recibido desde que dio a conocer esta terrible noticia.

A continuación, reproducimos íntegramente las palabras de Javier Larrea Formoso:

Comenzaré con las palabras de mi amiga Linh Giang Khanh: lo llamé Pan porque tenía muchísimas arrugas y se parecía un baguette. Era un shar pei, una raza de pelea; a pesar de su naturaleza, era dócil, cariñoso y juguetón, era muy popular. Participó en los festivales de artistas aficionados. A todos en la UCLV les encantaba jugar con él. Yo sé que él era especial no solo para mí, sino también para la gente que lo conoció. Tuvo una vida llena de aventuras, vivió escondido en la beca, sufrió dos mudanzas hasta que me fue imposible tenerlo porque el dueño de la casa no quería que viviera allí, y se lo entregué a mi amigo Javier Larrea.

Verdaderamente Pan fue especial para muchos: para los amigos de la universidad, para la propia institución, para profesores, conocidos, todos amaban a Pansito.

No sé ni cómo comenzar este escrito, lo hago por ustedes que han estado ahí para apoyarme en mi dolor. Este ha sido para mí sin dudas el peor día de mi vida y también para mi familia. Nunca había pasado por una situación similar. Cada perrito que vive en esta casa son perritos consentidos, perritos amados hasta el infinito. Muchos de ustedes saben el amor tan grande que le tenía a mi Pan, mi bebé, mi cosita linda, mi angelito, que murió de una de las maneras más crueles posible, de un momento a otro partió al arcoíris.

Recuerdo que minutos antes le pude dar muchos besos, abrazarlo, decirle que lo amaba mientras moría lentamente soltando espuma blanca por la boca y sangre, empezó con jadeos, no dejaba de dar brincos y sus ojos se volvieron blancos, aquellos ojitos carmelitosos habían desaparecido. Pan había muerto. Todo en segundos, sin tiempo a nada.

Desde la tarde estaba fatigado, su respiración era fuera de lo normal y tenía como taquicardias, se tambaleaba y tenía un babeo que no era normal y también vomitó en dos ocasiones, se cansaba de solo caminar en la sala, su piel estaba muy fría. El veterinario vino rápido a mi casa y le puso tratamiento, se pensó en un primer momento que podía ser una intoxicación, pero la realidad demostró ser otra: había sido un envenenamiento.

Yo con Peluchín no dudé tanto de cuáles habían sido las razones de su muerte, pero al ver que se repetía la misma historia con Pan pues enseguida confirmé que también había sido envenenado. Llevamos días en esta ciudad sufriendo en carne propia como envenenan a los animalitos comunitarios, han envenenado perritos del Refugio y perritos callejeros. Indiscutiblemente algo está sucediendo. Las cosas han llegado muy lejos y quiero justicia para todos los animales que han muerto.

No sé quién o quiénes pudieron haber cometido este crimen. Dios mío, que trauma tan grande tengo, de solo hablar del tema me pongo a llorar, me han tocado donde más me duele, han ido directo a mi debilidad. No sé quién o quiénes han cometido este crimen, pero van a pagarlo sea como sea. No puedo culpar a nadie porque estaría siendo injusto, a la verdad no tengo la menor idea de quién pudo ser.

Es hora ya de que los animalitos en este país comiencen a respetarse como merecen. Hoy no hablo solo por Pan y Peluchín, hoy hablo por todos. Hoy estuvieron todas las autoridades de la provincia en mi casa y dicen que no van a descansar hasta que aparezcan los culpables. Me transmitieron su pésame y me aseguraron que se haría justicia. Quiero agradecer a mis familiares, amigos, artistas, periodistas, activistas, conocidos, gente de bien que me han escrito miles de mensajes de apoyo, lo cuales no he podido leer ni responder. Lo haré en su debido momento, porque ahora mismo no tengo cabeza para nada.

Solo les pido apoyo emocional, que me acompañen en sus oraciones. Necesito paz y también justicia. Lo que más duele y me mutila el alma es ver a mi perrita Esperanza esperando en la sala de la casa por Pan, eran compañeros inseparables. Ella está afectada tanto como yo, triste, no la había visto tan deprimida desde que en marzo del año pasado fue violada. No veo consuelo en ella y tengo miedo que se muera de tristeza. Duele, duele coño. Estoy cansado de tanta batalla, a veces me desanimo, pero sé que debo seguir por ellos.

No voy a callar mi voz. Alzaré siempre mi voz en contra del maltrato animal. No van a silenciarme, no lo harán. Voy a convertir este momento en energía renovada, me costará trabajo, pero lo lograré. No he querido ver mi video de denuncia, porque me avergüenza verme en esa condición y quiero pedirles a ustedes perdón, porque de verdad quienes hicieron esto sacaron lo peor de mí, me tocaron bien profundo. Quienes me conocen saben lo reservado que soy hasta para enviar una foto por WhatsApp, cuánto más salir en esas condiciones en un video en vivo.

Discúlpenme las palabras que dije, salieron de mi dolor y desesperación. Nada ni nadie podrá devolverme a Pan, nada ni nadie puede darme consuelo en este momento. Por favor solo pido en honor a Pan y Esperanza la aprobación del decreto ley de bienestar animal en Cuba en este mes y que una vez aprobado sean juzgadas todas las personas que se atrevan a dañar y lacerar los derechos de los animales en este país. Infinitas gracias a todas las personas de bien que me han apoyado, por ustedes aún estoy en pie.

Comenzaré con las palabras de mi amiga Linh Giang Khanh : "Lo llamé Pan porque tenía muchísimas arrugas y se parecía un…

Posted by Javier Larrea on Sunday, February 7, 2021

Vuela alto y vibra príncipe hermoso, más temprano que tarde nos volveremos a ver. Tu papi te ama mi bebé, seguiré celebrando tu cumpleaños como tanto te gustaba, guardaré en una cajita tus juguetes, los volveremos a usar, de eso estoy seguro y ese día solo estaremos tú y yo, te lo prometo.

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