Cubano comparte profunda reflexión: “Ya no somos niños adoctrinados”

El cubano Alec Méndez, se ha vuelto viral en las redes sociales debido a una publicación en la cual habló de la situación que se vive en la isla.

Este cubano reconoció que cuando era pequeño fue un pionero que apoyaba a la revolución y que repetía las consignas que le pedían, pero que ya ha crecido y que se ha dado cuenta de que es necesario cambiar el país.

Méndez hizo un análisis de los problemas que enfrenta Cuba actualmente, haciendo énfasis en las tiendas en monedas libremente convertibles (MLC) y la represión hacia todo el que se atreve a pensar de manera diferente.

Además, este cubano dijo que seguramente si su padre estuviera vivo se sentiría orgulloso de ver que ha cambiado de opinión y que actualmente esté a favor del pueblo. También pidió la libertad de la isla: “Que viva Cuba libre, no libre en cautiverio, libre en libertad”.

A continuación, reproducimos íntegramente las palabras Alec Méndez:

Fui un pionero comunista

Fui un niño que creció gritando consignas, tuve una infancia feliz no puedo negarlo, porque mis padres me educaron con amor. Pero fui un niño adaptado a una sola idea, una sola realidad, a consignas que llevaban al mismo lugar, nunca pude debatir con un amiguito de la escuela que tuviese una idea diferente para luego llegar a casa y preguntar por qué.

Crecí en el barrio alegre, carriolas de madera, guitarras de palo, el mismo barrio que hoy se consume en el pasar de los años, años que traen días cada vez más tristes. Hoy mi generación alza su voz, ya no somos niños adoctrinados, sabemos que tenemos el derecho a la libertad de expresión y a tantas libertades que nos han quitado, a la dignidad plena del hombre. Queremos un país con igualdad verdadera, no la que cuentan en la prensa única, democracia justa y equitativa donde cada ciudadano pueda expresar pacíficamente su sentir sus ideas de solución sin ser acosado o apaleado por las fuerzas ejecutivas del estado.

Hoy mi pueblo tiene que comprar artículos de primera necesidad con moneda que no adquiere por su trabajo, dependiendo absolutamente de remesas, en tiendas diseñadas para eso y cuyos fondos van directamente a las fuerzas del gobierno. Hoy deciden los dólares y euros y la moneda de mi pueblo pierde soberanía al ser cada vez más devaluada porque con ella que puedes comprar, dónde, cuánto vale, cuánto cobré este mes. Dependo de la moneda del exilio para entrar a esa tienda.

Hoy estuve en un mercado que se llama 5 Océanos y vi una nevera llena de camarones cubanos, estoy ahora mismo en Europa, que lejos vinieron a parar los camarones que mi pueblo no pueda adquirir en ningún mercado por moneda nacional, y mucho menos cultivarlos o pescar. Estamos haciendo presión, aunque sabemos que el destino de Cuba se va a decidir en una oficina en La Habana, no en calles llenas de fuego, porque el gobierno tiene todos los poderes: legislativo y ejecutivo, fuerzas armadas tecnología, dinero, todo el poder.

Pero presión es presión tanto fuera como dentro, en el fondo sé que el destino de mi pueblo cansado lo decidirán los poderosos, brindando con champán y fumando puros. O quizás conspirando al puro estilo mafioso y lo harán cuando muchas salidas no les queden, y entonces el contén del barrio volverá a ser feliz. Yo seguiré mirando mis fotografías de cuando fui un pionero comunista y pensando: si mi padre estuviera vivo se sentiría igualmente orgulloso de verme alzar la voz con valentía hoy en contra de lo que aquel día pensé que era la verdad absoluta. Que viva Cuba libre, no libre en cautiverio, libre en libertad.