Mercedes Roque, madre del joven recluta Antonio Rassi Roque, fallecido el 18 de agosto de 2025 en la Unidad Militar del Calvario, en La Habana, continúa exigiendo respuestas a las autoridades cubanas sobre las circunstancias de la muerte de su hijo.
En una publicación difundida en su cuenta de Facebook, la madre cuestiona la versión oficial que atribuye el hecho a un “suicidio” y denuncia “negligencia y falta de atención” por parte de las autoridades.
Roque relató que se presentó varias veces en la unidad —los días 15, 24 y 30 de septiembre— para pedir explicaciones sobre lo sucedido, pero solo fue recibida tras insistir en no retirarse del lugar. En ese encuentro, asegura, no estaban presentes los oficiales responsables directos de su hijo, sino una comisión de funcionarios ajenos al caso.
Según cuenta, su hijo de apenas 18 años de edad, mostraba claros signos de depresión, falta de aseo y deterioro emocional que fueron ignorados por quienes debían velar por su bienestar. “Si los soldados notaron su estado, ¿cómo es posible que los superiores no lo vieran?”, se pregunta en su publicación.
“Fue una vida que se apagó por negligencia y falta de atención. Una muerte que se pudo evitar”, concluyó la madre en su denuncia, recordando que su hijo era un joven con aspiraciones universitarias.
El caso de Antonio Rassi Roque se suma a una serie de muertes ocurridas en el Servicio Militar Obligatorio (SMO) en Cuba durante 2025. De acuerdo con reportes de organizaciones independientes, al menos quince jóvenes han perdido la vida este año mientras cumplían el servicio, en circunstancias que incluyen presuntos accidentes, negligencias médicas y suicidios no esclarecidos.
A continuación, se reproduce íntegramente las palabras de esta madre:
“Mi hijo Antonio Rassi Roque, fallecido el 18 de agosto del 2025 en la unidad militar del Calvario, en la 50 de la 18/64.
Me presento por primera vez el 25 de agosto a una entrevista totalmente inconcluyente donde no quedé conforme con lo expuesto ahí.
Me presento otra vez los días 15 y 24, donde no se me atendió. Vuelvo a la institución el 30 de septiembre de 2025, donde no pensaban recibirme y, por mi insistencia y al decir que no me retiraría de la unidad, mandan una comisión con un Teniente Coronel por parte de la Fiscalía, que nada tiene que ver militarmente con lo sucedido, pues su función es solo para las conclusiones del caso.
Por la parte militar se presentan un Coronel y un Teniente Coronel que nunca vi antes, pues no son ni el jefe de la unidad 50 ni el político a cargo, donde entregué a mi hijo el 28 de julio.
Usando palabras textuales por parte de estos funcionarios: “Que se maneja todo con total transparencia.”
¿Por qué no estuvieron presentes el jefe de la Unidad y el político responsables de mi hijo?
¿Dónde estaban los funcionarios a cargo de Antonio Rassi que no vieron su estado depresivo, falta de aseo y el uniforme sucio, ya que tenía uno solo? Incluso, expresado por el político en la primera junta del 25 de agosto: él mismo mandó a lavar el uniforme.
¿Por qué no se me llamó para informar lo que estaba pasando con Antonio Rassi?
Por criterios de soldados, no solo de la 50 del Calvario, me dicen que él no podía controlar el sueño. Si ellos, que son niños, se percataron del estado de Antonio, ¿cómo es posible que los encargados de él no lo hayan visto?
Consciente estoy de que a la jefatura llegaron esos rumores, pues ellos saben todo lo que ocurre con los soldados a través de los mismos.
Es simple negligencia y falta de atención. Una muerte que se podía haber evitado.
Pregunto: ¿Qué ocurrió desde las 8:55 de la mañana, que mi hijo me llamó diciendo que entraba a la guardia, hasta las 2:45? Ellos, tanto como yo, sabemos que algo ocurrió.
La muerte de mi hijo, por “decisión propia”, como me dicen, fue simple y llanamente la reacción de una acción provocada en la unidad.
Y repito, basada en lo que me ampara como madre y bajo los conceptos revolucionarios expuestos por los funcionarios que me recibieron el 30 de septiembre de 2025 y manejado, como dicen ellos, con “total transparencia”: ¿qué pasó en ese corto horario?
Respaldada por la Constitución de este país, estoy en mi derecho de que me vuelvan a dar una junta con el jefe de la unidad, el político de la unidad, el jefe de pelotón y el oficial que estaba el 18 de agosto al frente de la guardia de Antonio Rassi.
(Tengo muchos más elementos).
Repito: ¿qué ocurrió en ese corto horario, de 8:55 de la mañana a 2:45, manejado con total hermetismo y lleno de frases no exactas? La respuesta está ahí, en ellos.
Tengo mi derecho a la entrevista que estoy pidiendo.
Una muerte que se pudo evitar.
Una vida que se apagó: la de un joven criado en esta revolución, con su carrera universitaria que nunca llegará a estudiar.
Mercedes Roque, madre de Antonio Rassi Roque”.