Las autoridades de la prisión de Mar Verde, en Santiago de Cuba, impidieron el lunes la visita conyugal a Nelva Ismarays Ortega Tamayo, esposa del líder opositor José Daniel Ferrer García, y también le negaron la posibilidad de verlo. La medida provocó que la doctora y activista decidiera plantarse frente al penal, según denunció la hermana del opositor, Ana Belkis Ferrer, en redes sociales.
“Nelva se dirigió esta mañana al penal y hace unos minutos comunicó que le negaron la visita y la posibilidad de ver a José Daniel. Por ello decidió permanecer frente a la prisión, aun a riesgo de ser detenida”, escribió Ana Belkis.
“Todo indica que la dictadura se molestó mucho con la carta que logró sacar de prisión y que publicamos el viernes 3. Tememos por su integridad física y psicológica, y hacemos responsables, una vez más, a Raúl Castro y Díaz-Canel, al jefe de la prisión y a toda la directiva de mafiosos, incluyendo a los agentes represores del G2”, agregó.
Esto ocurre apenas unos días después de que Ferrer lograra sacar de prisión una carta manuscrita, fechada el 10 de septiembre y publicada el pasado viernes 3 de octubre, en la que relata abusos sufridos durante su encarcelamiento y declara haber aceptado el destierro para proteger a su familia, aunque sin aceptar condiciones impuestas por el régimen.
El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) calificó la negativa de visita como “una nueva represalia” contra el opositor y responsabilizó a las autoridades cubanas por su seguridad y la de su esposa.
En la carta divulgada, Ferrer describe “golpizas, torturas, humillaciones y condiciones extremas” a manos de funcionarios del penal y denuncia el “ensañamiento” de las autoridades. A pesar de aceptar salir del país, asegura que el proceso ha estado marcado por “acoso, amenazas y robos”.


José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), fue excarcelado provisionalmente en enero de este año, pero regresó a prisión el 29 de abril. Desde entonces, sus familiares denuncian que permanece aislado y bajo presiones para abandonar el país.
A continuación, reproducimos íntegramente la carta del líder opositor:
“Durante años he sido sometido a brutales golpizas, torturas, humillaciones, amenazas hasta de muerte y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes por esbirros y otros instrumentos de la peor dictadura que ha conocido el continente americano. Mi familia también ha sido objeto de la más despiadada persecución. Todo con la intención de obligarme a abandonar mi país o a renunciar a la lucha no violenta a favor de la libertad, la democracia y los derechos humanos y el bienestar de mi patria.
Durante los últimos cuatro meses y 9 días, el ensañamiento de la dictadura en mi contra ha sobrepasado todo límite. Las golpizas, torturas, humillaciones, amenazas y condiciones extremas. Los robos de mis alimentos y productos de aseo, ordenados por los esbirros del régimen. Las amenazas contra mi esposa e hijos en Cuba han sido mayores que en toda época anterior en prisión. Todo con la intención de obligarme a abandonar mi Patria.
Ya desde antes del último asalto a mi hogar el 29 de abril de este año, había decidido marchar al exilio para poner a salvo a mi esposa e hijos. Esta decisión la tomé por la seguridad de mi familia y por la frustración que me produjo el confirmar, al salir de prisión, la desunión, el sectarismo y la falta de efectividad de la oposición dentro y fuera de Cuba, en la lucha por la libertad y el bienestar de nuestra patria.
Ante las constantes manifestaciones de la policía política para que me fuera de Cuba, terminé aceptando la salida al exilio. Desde que comenzaron los trámites para concretar tal fin, como siempre sucede, los agentes del régimen han estado jugando muy sucio: continúan con el plan de acoso, amenazas, humillaciones, robos y condiciones extremas. Ejercieron fuerte presión con la intención de que efectuara mi matrimonio con mi amada pareja, Nelva Ismarays Ortega, el día del natalicio del dictador fallecido. Han estado realizando videos y grabaciones con la intención de realizar publicaciones que pongan en duda nuestro compromiso con la lucha por la libertad de Cuba; videos y audios con la intención de mostrarnos como supuestos agentes de la tiranía.
Han querido que haga declaraciones o que pida a la embajada de Estados Unidos y a la Iglesia Católica que inicien un diálogo régimen cubano–gobierno de EUA, diálogo que conduzca a la vergonzosa “negociación” de otras veces: liberación de presos políticos a cambio de levantamiento de sanciones y otras facilidades a la dictadura.
Quiero dejar bien claro que si mi vida y la de mi familia depende de que pida tales cosas, prefiero mi muerte en este campo de concentración al estilo nazi y hasta el sacrificio de mi familia. De Cuba solo salgo con mi dignidad y honor en alto y no por mucho tiempo.
Aunque haya perdido mi fe en muchos opositores por su desunión, sectarismo y falta de efectividad, sigo teniendo mucha en los buenos luchadores que quedan y, aunque quedara un solo buen luchador (que por suerte son muchos más), seguiría luchando hasta alcanzar la victoria o morir en el intento de ver a Cuba libre.
Otro de los motivos que me llevaron a pensar en el exilio ha sido la postura cómplice o débil del mundo libre hacia una criminal tiranía aliada de los principales enemigos de la libertad en el planeta. Solo EUA mantiene una postura firme contra el régimen comunista y verdaderamente solidaria con la oposición pacífica y el pueblo cubano.
Si muero en este terrible lugar, solo quiero que mis hijos y mi mujer puedan emigrar a Estados Unidos. Quise salvarlos de tanto acoso, persecución y peligros, pero la tiranía se empeña en hacerme la vida imposible. Solo el amor, inmenso amor que siento por mi familia y mi apego a la lucha no violenta han hecho posible que mantenga la calma, que acopie paciencia y que no me defienda de tantos abusos, violencia y humillaciones con los métodos que cualquier ser humano hubiese empleado en circunstancias tan extremas.
Sobrevivo entre delincuentes comunes capaces de todo crimen y bajo las órdenes del jefe de la prisión, Vladimir Pineda, quien me odia brutalmente, y de la policía política. Criminales con problemas mentales que me han golpeado y torturado, que me roban, amenazan y provocan a menudo. Sobrevivo en las peores condiciones que pueda un prisionero sobrevivir en el hemisferio occidental, pero estoy dispuesto, como siempre, a morir antes que rendirme. Estoy listo para morir, pero no para vivir sin honor, sin dignidad.
Esas letras han sido escritas con mucha prisa y bajo la vigilancia de varios de mis enemigos encargados de velar todo cuanto hago para informarlo a la policía política. Quedaron muchos horrores por denunciar.
¡Viva Cuba libre! ¡Abajo la tiranía! ¡Abajo el hambre y la miseria! ¡Abajo la opresión!
Iba a salir como salió Maceo y muchos mambises, para regresar en el momento debido como regresó Martí, Gómez y Maceo. Pero no saldré bajo las presiones y juego sucio de los esbirros de la tiranía.
José Daniel Ferrer García”.

